LLAMADOR DE ÁNGELES, La Poesía

LLAMADOR DE ÁNGELES

Recuerdo como temblaba
lo mismo que una criatura,
y la abuela me abrazaba
prodigándome ternura.

Me contó que aquella noche
lloraba con desconsuelo,
y gritando la llamaba
porque tenía un mal sueño.

Me regaló aquel tesoro
que en gran estima tenía,
un bello llamador de Ángeles
que siempre la socorría.

Diciéndome que era yo
quien más lo necesitaba,
que vendrían en mi auxilio
siempre que yo los llamara.

Yo los llamo muchas veces
a esos Ángeles de la guarda,
y me siguen protegiendo
de todas las cosas malas.

Otra vez quiero decirle
gracias querida abuelita,
porque es muy cierto que acuden
siempre que se necesitan.
Pa. Sa. Ma.