Señor, te pido perdón
por haber dudado tanto,
Pero fue tanto el dolor,
fue tan grande mi quebranto.
Cuando tanto te rogué
creí que no me escuchabas,
y al verla a ella sufrir
yo hasta de ti renegaba.
Ahora comprendo Señor,
me estabas poniendo a prueba
lo mismo que al Santo Job.
Pero yo que no soy Santo
mi paciencia se agotó.
Hoy estoy arrepentido
y hasta un poco avergonzado,
perdón te pido Señor.
Perdón, por haber dudado.
Si otro día yo flaqueara
por problemas similares,
no me lo tengas en cuenta
y nunca me desampares.
Solo te pido Señor
no te apartes de mi lado,
y que me concedas fuerza,
para poder aguantarlo.
Pa. Sa. Ma.