¡Bustillo, cansino amigo!,
aunque usted no sea poeta,
ora viene, ora va
hasta que algo le molesta,
pega un portazo forero,
nos aparta en la cuneta
y se retira enfadado
sin que nadie más lo sepa.
Aun recuerdo aquella vez,
era al borde de la siesta,
cuando sorprendentemente
me mandó un mensaje-queja,
pues por más que me excusé,
no le quiso dar la vuelta
hasta que al final de mes
pude hacer que lo entendiera.
Yo me pregunto por qué
cuesta tanto que me entienda
escribiendo en plan de amigo
con tantísima paciencia.