UN INVIERNO EN LISBOA...

UN INVIERNO EN LISBOA

Una ciudad bajo un sol tibio de invierno
con calles bajando en desorden hacia un río,
chimeneas de carbón en un cielo manchado,
tabernas en penumbra, casi en silencio.
La vida entra a traición, por el costado,
y atraca como un barco más al puerto.
De dónde viene, a dónde va, qué importa.
Una ciudad sin prisas, donde el tiempo
se mide por cafés, a breves sorbos.
Cuando cae la noche y la humedad con ella,
todas las calles conducen al cielo
y el río se abre como un peine.

(Mercedes Escolano)

Una cosa es vivir en Lisboa y otra visitarla como turista. Esta autora tuvo la suerte de estudiar y vivir allí.

Me gustaría pasar un invierno en Lisboa, pasear sus calles, cruzar sus puentes envuelta en la niebla. Lisboa es la ciudad de las cuatro estaciones y cada una con su encanto. Mediría la vida con varios cafés, aunque me subiera la tensión y en una de sus muchas tabernas escucharía cantar a una cantante desconocida el más triste fado.

Lisboa huele a café, a vino verde, a bacalao y a saudade.

Lisboa no pasa por la vida, es la vida quien pasa por Lisboa.