Francisco salió:
al lobo buscó
en su madriguera.
Cerca de la cueva encontró a la fiera
enorme, que al verle se lanzó feroz
contra él. Francisco, con su
dulce voz,
alzando la mano,
al lobo furioso dijo: ¡Paz, hermano
lobo! El
animal
contempló al varón de tosco sayal.
Dario