Siempre fue semana Santa...

Siempre fue semana Santa
tiempo de recogimiento,
pero nunca imaginaba
calles con tanto silencio.

Virgen de la Soledad,
madre Santa Dolorosa,
nunca vi semana Santa
tan triste y tan silenciosa.

Las calles están vacías,
nadie sale en procesión,
y Jesús de la agonía
en su templo se quedó.

Ya no sale el nazareno
con su túnica morada,
ni la Virgen Dolorosa
la de la triste mirada.

Padecen los penitentes
y todas las cofradías,
porque acompañar no pueden
al Cristo de la agonía.

Ya no se escuchan Saetas
en ventanas ni en balcones,
pues el mundo entero tiene
tristeza en los corazones.

Virgen piadosa y clemente,
madre de la cristiandad,
vuelve tus ojos piadosos
a toda la humanidad.

Que termine este calvario
que el sufrimiento termine,
que aprendamos la lección
y seamos más humildes.

Intercede por nosotros
al Señor de las alturas,
que tenga misericordia
de todas las criaturas.

Y que el año venidero
al salir las procesiones,
haya paz en todo el mundo
y alegría en los corazones.