Hace 17 años que escribía yo esto, mi César me acababa...

Hace 17 años que escribía yo esto, mi César me acababa de anunciar que iba a ser padre de un niño y que le iba a poner Pablo.

A MI PRIMER NIETO, QUE ESTÁ EN CAMINO
Un nieto es algo tan maravilloso que yo no acierto a definirlo porque comparándolo con la sensación tan sublime de tener tu propio hijo, no sabría cual es mayor, pues el fin y al cabo este es otro hijo, hijo de tu hijo, pero tuyo también, de tu misma sangre. Además llega a ti en una edad en la que tú puedes dedicarle todo el tiempo que no pudiste dar a tus hijos cuando no hacías otra cosa que trabajar y luchar para poder criarlos, educarlos y conseguirles un futuro digno y holgado.
Cuando a mi se me anunció el embarazo de mi primer nieto, que tardó seis años en venir, mi alegría y la de mi esposa fue inmensa, y se me ocurrieron estos versos que le envié a él, en su seno materno, anunciándole todo el amor que yo ya sentía y todo lo que iba a tratar de darle cuando llegara para que no tuviese ni la más mínima duda de que lo daríamos todo por su felicidad:
LA ESPERA.
Si supieras como espero tu llegada
y lo mucho que te quiero sin nacer
sentirías en tu maternal morada
las mismas ganas de poderme conocer.
Te mando desde aquí mi primer beso
lleno de ilusión y de alegría
y espero que termine este proceso
para estrecharte en mis brazos, cada día.
Como he sido educador de niños
te enseñaré, cuanto antes, a jugar
después entre caricias y entre guiños
aprenderás a ser bueno y a luchar
¡Pablo querido! Tú no temas nada
porque tu abuelo te piensa ayudar
seré tu apoyo y tu morada
para que nada te pueda dañar.
M. Lara
Fuensanta Abril 2003