Las pizarras. Había dos clases de pizarras. Una, la de siempre, con su correspondiente "pizarrín". La otra era más débil con su correspondiente "pizarrín" llamado: " Pizarrín de manteca". Luego estaba la pizarra general de la escuela, bien pintada en la pared o comprada. La pizarra era el alma del niño estudiante. En la pizarra hacíamos de todo: escritura, cuentas, dibujos... y como era fácil de borrar siempre teníamos la pizarra al día para todo.