MALOS AUGURIOS FUERA, Literatura

MALOS AUGURIOS FUERA

Mi vuelta a casa estuvo llena de presagios y muchos seguidos. Venía super contenta porque mi padre está estupendamente con sus años, 80, que cumplió con sus achaques y su enfermedad de la que salió bien librado porque le dio un infarto cerebral y aunque tiene un pequeño parálisis no le impide por ejemplo, ir al baño, comer, pasear solo bajando en ascensor, y caminar hasta el primer banco que encuentra. Se sienta un buen rato y vuelve a casa. No se acatarra y no porque tome miel, que no puede, pues es diabético y por una fuerte subida de azúcar se quedó así. Porque antes es que era un gamo pero llegó un día en que en mi casa se juntaron dos enfermos, mi madre hospitalizada, y él comiendo lo que quería, pues no se les podía atender a los dos. Total, que en poco tiempo, dos hospitalizados pero mi padre salió adelante, y mi madre no pudo con tantos males, y el principal, su corazón que era demasiado grande. Yo escuché sus últimos latidos, y después de dos largas noches con sus dos días, moría con su cara tranquila y bondadosa, como lo fue siempre. Pero tuve la oportunidad de darle mi último adiós y escribirle y recitarle un poema que me aprovechó mas a mi que a ella ya que no nos necesitaba ya.
Y después de su muerte ya habita en mis recuerdos, y cualquier fecha es buena para acordarme de ella, ponerle unas flores o escribirle un poema; y mas beneficio me sigue haciendo a mi que a ella.
Además, mi Agustín del alma, mi querido padre va a un centro de día y mis hermanos le cuidan entre todos. Uno le lleva, otro le trae, otra le baña, le hace la cena y le acuesta. Está genial porque tiene muchos hijos y todos le quieren; y él a todos nosotros, mucho y siempre fue así. Fue trabajador y mis hermanos también. Una suerte, pero ninguno está en paro. Pues la mayoría son barrenderos y en Madrid otra cosa no habrá pero hojas en otoño y papeles que barrer, siempre.
En cuanto al servicio médico hasta la fecha no se ha tenido quejas en mi casa pues a mi madre iban a hacerle los análisis a casa. Mi padre periódicamente va a hacerse los suyos a su centro de salud mas cercano y le revisan cada cierto tiempo de sus dolencias. En el centro de día, que es de la seguridad social le atienden de maravilla. Así que yo estoy tranquila sabiendo que recibe tan buenas atenciones familiares, médicas y asistenciales. Al menos hasta la fecha es así.

Pero bueno, es que fue llegar a casa y todo fueron pequeños contratiempos. Un vasito que compré con una vela de cera de fresa, se me rompió. No me importó, enseguida le busqué otro vasito, y listo.
Luego, no encontraba mis gafas de conducir. Ni mis pastillas de atarás de los picores, ni mi pinta uñas rosa fuerte, ni tenía conexión a internet.
Pero lo peor fue lo que si encontré en cuanto me puse a tender la ropa que dejé en la lavadora al marchar y que no me dio tiempo antes de salir de casa.
¿Qué es eso?, me dije, y dejé la ropa y fui a verlo. Un pájaro muerto en mi terraza. ¿Qué clase de pájaro es? No lo sé pero lo sabré en cuanto venga mi sobrino que es amante de los pájaros y él seguro que me lo dice.
Mira que no ver un pájaro vivo tan bonito, y tener que verlo muerto. ¿Y cómo habrá ido a caer ahí? Es que es difícil, a no ser que alguien me lo tirara, o que volara enfermo y fuera a caer a mi piso, que es el primero. Si viene volando por el aire, lo mas normal es que hubiese caído en la terraza de mi cuñado que está en el piso segundo y no en el mío. No le encontré explicación pero me acosté. Lo que pasa es que a media noche me ha venido su imagen y ya no he sido capaz de conciliar el sueño.
Pero nada, he tendido la lavadora que puse ayer al llegar a casa por aprovechar los viajes, y he recogido el pájaro del suelo de la terraza. Con él, y con mucha imaginación he hecho unas fotos composiciones para alejar los malos farios; y por último, escribir hasta que los nudos que tenía en el estómago se me han deshecho.
Total, que mas puedo pedir, si funcionó divinamente internet, si encontré mis gafas, mi pinta uñas, que lo he usado porque no quiero cortarme las uñas ahora que están formidables, y justo una se me arpó pero pintándolas ni se engancha en ningún sitio y encima, luzco unas uñas preciosas. Total que para todo tengo solución. Y la dichosa pastillita, en la basura estaba con las envolturas de los chicles y caramelos que tiré. Así que tuve motivos mas que suficientes de olvidarme del pobre pájaro. Pero la impresión debió ser grande pues mi cabeza lo debió procesar y luego pasa lo que pasa, que hasta que no me despierta, no para. Pues con esto creo que ya he alejado los malos presentimientos. Veréis qué fotos más simpáticas.
Una brujita que me quedó de una semana cultural que hice en el "Petra Lafont" porque las cajas de ahorro aquí siempre nos han dado, carmelos, libros, juegos educativos, cuadernos y juguetes de todo tipo para que los niños se divirtiesen, jugasen, pintasen y compitiesen; y hasta trofeos para los juegos deportivos y dianas, que debe quedar alguna en el archivo municipal junto con otros enseres.
Pues con la brujita del lápiz de la Caja Municipal de Tardajos, unas cuantas setas de carrerilla que encontramos al venir de Madrid ayer, con unas macrolipiotas preciosas. Son las setas que mas me gustan a mi porque tienen un ligero sabor a lenguado y por su variedad de tamaño. Estas son pequeñas pero las hay de cuento cuando te las encuentras y te parece que no son reales. Pero lo son y te las puedes comer sin ningún miedo que no se confunden con otras si de verdad las conoces. Y para acabar, unas nueces enormes que voy a sembrar, que es que se me dan muy bien todo tipo de semillas, y en Tardajos y en Rabé de las Calzadas hay una buena tierra deseosa que la gente crea en ella. Lo siembre o no, me brotan los árboles por doquier. ¿Cómo no voy a confiar en esta tierra si es prodigiosa, lo que pasa es que las malas hierbas quieren arrebatarlo todo. Y hay que plantarles cara y no consentirlo. A ver si logro sembrar estos pensamientos y estas decisiones mías, y cuanto mas gente sea así, menos lugar para la devastación. Pero lo primero de todo, es no tener miedos infundados y por nada. Ser como la planta del orégano que no se deja invadir. Ninguna mala hierba se atreve. Os lo digo yo que he visto su crecimiento de cerca y sé cómo se comporta.
Y lo mismo les sucede a las ciruelas, que los tordos se comen las cerezas y las guindas pero a las ciruelas claudias ni se acercan. Algo deben tener que los tordos las sienten incomibles y prefieren pasar hambre antes de hincarles el diente. Algo defensivo las hace inmunes a los tordos comunes y otros pájaros de mal agüero.
Y saludo y feliz miércoles.