ME HAS ENSEÑADO MAR GALLEGO, Literatura

ME HAS ENSEÑADO MAR GALLEGO

Mi querido mar gallego,
he aprendido la estrategia,
la lucha, la paciencia
y cómo el peligro anida
en tus corrientes que silban
bajo el influjo de las mareas
y el tranquilo manto de estrellas.

Veo que no eres el mismo mar,
que tus aguas nacen continuas
y mueren luchando, valientes,
batiéndose día a día en feroz combate,
en el duro encuentro con las rocas.

¡Cómo desgranan la invencible mole,
y cómo ilusas van arrastradas
e impulsadas por su esencia de ola,
de ser mar intenso, sereno, náufrago!

¿Pero es que el mar es sereno?
Es una extensa llanura brava,
con reflejos de plata, y de espumas blancas,
con salitre, yodo y vivas algas.
Brillantes corales que serpentean
en las oscuras aguas imantadas.

¿Es acaso serena una lucha continua,
donde un día vence la bravura el pulso
a la perpetua roca inmóvil y terca?
¿Es la mar solitaria y ajena
a su táctica de pura guerra?
Está diseñada desde su nacimiento
para alzar su fortuita victoria
en aras de ganar un arenal inmenso.

Grano a grano vence a la gran roca;
grano a grano, puebla de arena la orilla
de dulce, apacible y calma solitaria
donde cuenta el instante por millares
y diminutos hijos, frutos de bravura,
de odio, de mar tranquilo y calmado
cuando acaba el incesante y repetido asedio.

La roca ha dejado fértil descendencia
y el mar ha llevado su triunfo
por debajo de la lluvia de estrellas.

C. García