TE HABLÉ DE UN JARDÍN, MADRE

Ya te hablé de un jardín en primavera
que en el silencio renace cada año
cubriéndose de flores como antaño
tras el sueño en la estación adormidera.

Hoy despierta el recuerdo, consejera
de mis días, como ayer, te acompaño,
te recito mis versos, y te extraño.
Fiel a la cita, madre verdadera.

Fue en el pasado solo una promesa
que cumplo siempre en tu aniversario
al dedicarte el campo que despierta,

renovado, cada vez que regresa
la jardinera, y pinta color diario
en el paisaje, como una experta.
C. García