LOS CAMINOS DEL DIABLO...

LOS CAMINOS DEL DIABLO

Aquella noche los perros ladraban sin cesar, la salida de aquel pueblo parecía una delicada oportunidad hacia el misterio. Los tres jóvenes desafiando al miedo nocturno, decidieron salir a campo abierto. Eran sobre las doce de la noche, el ambiente que se respiraba era de pensamientos malignos, en la lejanía se escuchaba unos cencerros de los que usan los carneros, pronto se alejaron de aquellos sonidos, la noche parecía aun mucho más negra que dentro del pueblo, parecía como si el diablo les acompañara en su fatídica marcha nocturna, La intención de los tres jóvenes era llegar hasta pasar con mucho el lavajo que ocupaba la finca del señor Gervasio. Un lugar con trágicos recuerdos de suicidios y ahogamientos. Entonces se dieron cuenta que las aguas del lavajo brillaban con mucha intensidad, Sintieron como las aguas se movían sin hacer demasiado viento, Los tres jóvenes se apresuraron en su caminar, tratando de dejar atrás aquel fatídico lugar escabroso. Uno de los jóvenes miraba hacia la parte del camino que se quedaba a su espalda, y comento, estoy sintiendo pasos detrás de nosotros. Los dos amigos le dieron la mano y pararon a escuchar. Unos pasos sigilosos movían la arena de aquel camino rural. El miedo se apodero de los tres jóvenes, a la vez que se escuchaba una fuerte respiración. Decidieron en voz muy baja echarse al lado del camino y esperar a ver quien les seguía. No tardo mucho el sujeto en llegar a la altura de los jóvenes que se encontraban tirados en el suelo, esperando a ver que era aquel ruido que les venia siguiendo. De pronto vieron como el ser que pasaba a su lado, tenia unas piernas de forma de cabra, los jóvenes aterrorizados, comprobaron que tenia además cuernos, quizá como alguna vez vieron dibujos del diablo, esperaron que se alejara, aunque seguían oyendo aquella fuerte respiración, después de unos minutos decidieron volver hacia el pueblo por el mismo camino, pero su pesadilla no hacia más que empezar, al llegar al lavajo, donde las aguas brillaban tanto, se empezaron a sentir berridos de carneros y chivos, que hacían de la noche una trágica melodía, los tres jóvenes caminaban deprisa, casi muertos de miedo, sentían detrás de ellos aquellos seres nocturnos de agobiante respiración. Al final salieron corriendo para poder llegar hacia aquel pueblo agrícola y ganadero. No les dio tiempo a llegar hasta el pueblo, un ser tenebroso les paro el paso, no hablaba ni soltaba ningún ruido, pero sus ojos eran como dos faros alumbrando, el miedo a los tres jóvenes les dejo paralizados. sintieron un escalofrío galopante por todo su cuerpo, apenas se podían tener en pie, aquel extraño ser, les toco con una especie de mano muy áspera la cabeza de los tres jóvenes, y ninguno se atrevió a negarse a su repugnante caricia.
Pasados aquellos momentos tan terribles, los jóvenes sin apenas dar crédito a lo que les había pasado, continuaron su caminar al pueblo, sintiendo en sus piernas, una debilidad de cansancio y agotamiento. Ellos comentaron, jamás hablaremos de está terrible noche, lo primero que nos dirían es que estamos locos, y además nos llamarían miedosos como mínimo. Lo mejor será estar callados y sin hacer ningún comentario, no digan que somos los amigos del diablo…
G X Cantalapiedra.