ENTRADA AL BAZAR CHINO, Los chinos se instalan en España

ENTRADA AL BAZAR CHINO

Todo es posible, hoy en Burgos.
Busco mi antigua oficina del Inem.
Calle San Pablo, a pocos pasos,
y camino con el Cid a mi espalda
que galopa eternamente sin posible retorno.

He dejado el surtidor del agua,
la fuente, extendida en estertores de risa
y de agua cantarina, que tan pronto sube
como mi ánimo, una montaña;
y de repente baja, hasta besar, bendita, la tierra.
No se detiene el rebullir del agua
cuando sigo caminando y busco mi oficina
del Inem en Burgos.
La siento (al agua) batir en el aire entre burbujas,
mientras camino, y salpicar, mientras sube, las aceras.

Debo hoy encontrar mi oficina y al fin la veo
convertida en un auténtico bazar chino.
Hoy busco trabajo. ¿No habrá algún tazón
de fina porcelana para beberme el agua?
Tengo sed de esas cortinas que se extienden,
que suben a ras del suelo y confluyen
en elevado canto al cielo, limpio de azulejos.

También quiero... un paraguas, unas castañas,
un pañuelo, un revistero y un precioso fular.
Y un vestido chino. Ya no quiero un trabajo.
Y además, mi antigua oficina, hoy lo que
de verdad quiero, es contarte chistes de chinos y de chinas
para que tiembles de placer con el intenso aroma
de una bonita taza de te y de suspiros.
Para que sepas distinguir entre la brisa,
las gotas de agua que se elevan por el cielo
y hacen su propia música mientras una busca,
ya no un trabajo. Una respuesta
para cada pregunta que me hago.
¿Cómo es posible, mi oficina,
que hoy la vea convertida en tienda china?
¡Todo es posible en Burgos y en España!