Muy desestimado Sr. Botín: ...

Muy desestimado Sr. Botín:
¿Qué tal ha desayunado hoy? Yo prefiero desayunar mas tarde. Hasta que no le deje esta carta no lo voy a hacer. Mi desayuno me va a sentar estupendamente, y sin embargo, espero y deseo que el suyo se le atragante, le duela el estómago y vomite toda su inmundicia.
Hoy le odio mas que nunca se ha podido odiar a una persona. ¿Nadie le ha dicho lo que es usted? Pero en castellano, no en inglés. UN LADRÓN. Me importa un comino que usted hable inglés perfectamente ya que con lo que roba puede pagarse unos buenos cursos en vivo y en directo, tanto en Europa como en Estados Unidos. Y sin embargo usted nos ha condenado a muchos a la pobreza, a la indignación y a la impotencia. Pero esta mañana me voy a resarcir de mucho daño producido y le esperarán mas mañanas, tardes o noches en que me acuerde, y no para bien de usted. Para no alargar mas la introducción, voy a pasar al cuerpo de la cuestión que me ocupa, el motivo de mi carta. ¿Cuántas cartas de felicitación ha recibido este año? Espero que la mía neutralice su felicidad y le deje pasmado a la intemperio del frío siberiano que se nos avecina.
Que tenga pesadillas por las noches por la gran cantidad de gente que ha dejado a la intemperie que esos sí se puedan morir de un frío real estos días. Pero usted, no tendrá un frío real pero si moral. Hiélese de una vez.