LOS CAMINOS DE LA MUERTE DE AQUEL MADRID...

LOS CAMINOS DE LA MUERTE DE AQUEL MADRID

En Madrid en los años 1980, se notaban los cambios de forma de vida, eran las nuevas modas, los nuevos nombres de la Movida madrileña, donde se empezaba a notar ciertos rumbos nada apropiados, Los testigos de aquella etapa que tuvo momentos muy buenos, pero que a la vez arrastro a mucha juventud hacia el camino de la muerte. Fueron los jóvenes más lanzados, los que quisieron probar suerte en ese campo donde muchos jóvenes terminaron en el cementerio, recordamos como sucedió parte de aquella terrible tragedia. Llego a Madrid por distintos puntos la maldita droga, que acabaría con los jóvenes más lanzados de toda la juventud, que no se dieron cuenta que en ello iba su vida. Los puntos más frecuentados por aquellos jóvenes eran todos los lugares donde se bebía y bailaba música moderna. Las zonas quizá de más consumo de estupefacientes fueron, Chueca, Bajos de Orense, proximidades de Gran Vía, Plaza vieja de Vallecas, Zona del Dos de Mayo, Bajos de Arguelles, y otros muchos lugares donde se consumía sin ningún freno.
La venta de dicha droga, se encontraba repartida en chabolas que se denominaban los supermercados de la droga y algunos llamaban. LOS CAMINOS DE LA MUERTE.
Se encontraban en lo que hoy en día es la M 40, eran los puntos más calientes y concurridos. Lugares como Los Focos en carretera de Vicalvaro, Avenida de Guadalajara, con sus módulos. La Celsa. Cruz del Cura, lo que hoy es El Ventisquero de la Condesa, entrada del Pueblo de Vallecas, incluida la UVA, La Rosilla, El Cerro del Huevo. Merca Droga, Plaza de Tudesco, Final de Calle de Cebreros, Carretera de Fuencarral a el Pardo, Carretera de Fuencarral a Alcobendas al lado del cuartel de artillería, Descampado de Peña Grande, al lado de Casa Ricote. Rancho del Cordobes al lado del Hospital doce de Octubre. El Cerro de la Mica, Jauja, El Bruch de Hortaleza. Y a si podría seguir encadenando lugares donde corría la maldita droga, haciendo que aquella juventud con aires de progreso, terminaran con enfermedades llamadas malditas, como eran las infecciones de hepatitis, sida, y algunas enfermedades más, que les llevaron al sufrimiento y la muerte. Todos los barrios obreros de Madrid conocieron cantidad de jóvenes que en aquellas fechas aparecían con la jeringuilla en la mano muertos. Fueron muchos los jóvenes que usaron aquellos estupefacientes, y que terminaron en la cárcel, incluso se prostituían o robaban, para conseguir su dosis, y así poder evitar sus monos, que les hacían volverse medio locos. Todo esto es historia de aquellos años que enseñaron a los jóvenes como los paraísos artificiales no existen, como la sociedad de aquellos años aprendió a saber que la droga siempre merma la capacidad de la voluntad humana. Hubo gente que con la maldita droga gano mucho dinero, sin importarles los daños y sufrimientos a los adictos y sus familiares. Son historias demasiado duras, para poder expresarlas en una hoja de papel, pero debemos de tener en cuenta, que aquella lección fue muy importante, para que toda la juventud actual no se deje engañar por los falsos profetas del paraíso, que sepan que no hay nada nuevo bajo el sol, que solo cambian las formas de matar a los seres humanos. Y que cuando les ofrezcan llegar al cielo sin salir de esta tierra, piensen en aquella juventud que soñaba una nueva sociedad libre y divertida, y que acabó siendo la más trágica de los últimos años, aun se recuerdan nombres de famosos que también cayeron en las garras malditas de la droga, y su esfuerzo resulto imposible de abandonarla. Madrid conoció muchos velatorios, donde los padres del joven muerto empezaron a descansar de tan horrible pesadilla. Es muy triste el tema, pero lo viví de cerca. Y enseguida recapacite del daño que podría hacer a este país en aquel momento de cambio de Dictadura a la Democracia. Ahí se mantiene la maldita huella. De LOS CAMINOS DE LA MUERTE.