“AY” FEDERICO GARCIA LORCA
Unas balas asesinas
fueron sembrando la muerte,
no existen manos divinas
que puedan hablar de suerte.
Entre suspiros de llanto
los olivares temblaban,
era grande el desencanto
cuando en Granada lloraban.
La muerte marcó sus pasos
en la noche traicionera,
balas que dejan fracasos
en esa tierra altanera.
Granada, siempre Granada,
entre llantos y traiciones,
la vida no vale nada
si se sufren maldiciones.
Una guitarra llorando
sin entender de razones,
Federico fue clamando
por vivir nuevas pasiones.
Unas manos asesinas
dejaron sus malas artes,
y las mentes adivinas
supieron las malas partes.
No se muere el romancero,
aunque lloren las guitarras,
ninguna bala de acero
al poeta le echa amarras.
Se escucha el viento en la noche,
dicen que llora la Alhambra,
la muerte no pone el broche
a su querida Granada.
Federico de romances,
tu vida fue mal cortada,
asesinos que en sus lances
usaron la madrugada.
G X Cantalapiedra.
18 – 8 – 2018.
Unas balas asesinas
fueron sembrando la muerte,
no existen manos divinas
que puedan hablar de suerte.
Entre suspiros de llanto
los olivares temblaban,
era grande el desencanto
cuando en Granada lloraban.
La muerte marcó sus pasos
en la noche traicionera,
balas que dejan fracasos
en esa tierra altanera.
Granada, siempre Granada,
entre llantos y traiciones,
la vida no vale nada
si se sufren maldiciones.
Una guitarra llorando
sin entender de razones,
Federico fue clamando
por vivir nuevas pasiones.
Unas manos asesinas
dejaron sus malas artes,
y las mentes adivinas
supieron las malas partes.
No se muere el romancero,
aunque lloren las guitarras,
ninguna bala de acero
al poeta le echa amarras.
Se escucha el viento en la noche,
dicen que llora la Alhambra,
la muerte no pone el broche
a su querida Granada.
Federico de romances,
tu vida fue mal cortada,
asesinos que en sus lances
usaron la madrugada.
G X Cantalapiedra.
18 – 8 – 2018.