CUENTAN DE UN NIÑO QUE UN DÍA...

CUENTAN DE UN NIÑO QUE UN DÍA
Me comentaron un día, que un niño de ocho años era tan inteligente, que en su clase del colegio se aburria, al llevar todas sus asignaturas aprendidas, su memoria era tan fabulosa, que un abuelo que le enseño los poemas de Don Antonio Machado los tenía en su memoria metidos, y cualquier historia que se le contaba, era percibida y metida en su cerebro, Le decían en su casa. “Vas para ser presidente del gobierno”, y el niño con ocho años se ponía serio y triste, diciendo, no me gusta que me pongan mal en las criticas, y que tenga enemigos entre periodistas y demás clase política, quiero ser un hombre libre, sin ataduras por ningún motivo, y caminar por las calles sin temor a nada raro. Aquel niño pensaba en su presente, y concretaba su futuro, con ser un buen estudiante, ser un padre de familia ejemplar, y tener una vida digna de cualquier ser humano sin calamidades. Más estaba viendo el presente en el telediario cada día, todo eran catástrofes, muertes y guerras sin ton ni son, y pensó no volver a ver esos programas, donde las miserias humanas afloran cada momento, solo en su pequeño mundo de comprensiones, notaba lo mal que iba la humanidad actual, los lujos, y las miserias eran páginas de la sociedad actual, la hambruna que hacía emigrar en pateras y otros medios a los seres humanos de esas tierras africanas sedientas, para llegar a tierras donde el cambio climático empezaba a sentirse dañino, y se notaba el molesto calor desfasado, que era imposible de aguantar. Las personas se volvían violentas, el agua faltaba en diferentes lugares, y las trombas de lluvia eran fatales, aunque donde caían no se podían aprovechar, estando los pantanos muy mermados en algunos sitios. Aquel niño de ocho años comentaba, tenemos un mundo actual en manos de unos fanáticos gobernantes, que no les importa nada el bienestar de sus pueblos, que solo buscan sus sillones y amenazas, para conseguir sus objetivos, y sentirse como seres humanos superiores, digamos como si fueran dioses. Aquel niño se sentía triste, y sobre todo pensaba, en qué mundo vine a nacer, como es esta humanidad tan violenta, y tan poco solidaria, estoy viendo desde mi niñez estas atrocidades inhumanas, que a los niños que pensamos, nos dejan entristecidos. Y más si pensamos en las bombas nucleares, que tiene en su poder estos seres que solo buscan ser poderosos.
El niño empezaba sus clases el día 8, de septiembre, y sus pensamientos le acompañaban en su nueva clase, de tercero A, de primaria. G X Cantalapiedra.
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
Este niño no se llamaría Pedro por casualidad.