DÍA- 30- 1 -2023:
ECHANDO LA VISTA ATRÁS:
Se nos va enero, con sus fríos, llevamos unos días con bastantes heladas, siempre que hace frio o calor nos parece que nunca lo hemos padecido, y no es así, todos los años hemos tenido días muy fríos, recuerdo cuando era una niña, entonces si que se pasaba frio, entre otras cosas porque no teníamos calefacción, ni edredones, solo se tenia las chimeneas, después pasamos a la gloria, se trataba, de que en la sala donde se hacía vida, que esta hueca se metía la leña, haciendo fuego y con eso se calentaba la estancia, o con estufas de gas, pero el resto de la casa estaba heladora, cuando te metías en la cama, recuerdo que mi madre nos calentaba la cama con las andillas, era una especie de brasero donde ponía las brasas, al despertarte veías como colgaban los chupones de hielo en la ventana, y veíamos a mi padre que nos tenia que abrir paso quitando la nieve para poder salir de casa, entonces los inviernos eran muy largos, la verdad es que yo le temía a este invierno por el problema de la guerra, por si nos faltaba el gas, pues en estas casas que no tenemos chimenea, lo pasaríamos mal, de momento no nos podemos quejar hasta este momento tenemos de todo, esperemos que las personas que no tienen techo lo puedan superar y no se nieguen a irse a los alberges, para que en los días más fríos puedan tomar algo caliente. Debería haber más lugares como la iglesia de San Antón, de la Calle de Hortaleza, Madrid, donde El Padre Ángel tiene recogidas a muchas personas de las que se pueden decir, que se encuentran en la mayor miseria, sin casa ni familia que les eche una mano, para poder sobrevivir este invierno que parece ser de los de antes.
ROSARIO FAJARDO BLANCO.
ECHANDO LA VISTA ATRÁS:
Se nos va enero, con sus fríos, llevamos unos días con bastantes heladas, siempre que hace frio o calor nos parece que nunca lo hemos padecido, y no es así, todos los años hemos tenido días muy fríos, recuerdo cuando era una niña, entonces si que se pasaba frio, entre otras cosas porque no teníamos calefacción, ni edredones, solo se tenia las chimeneas, después pasamos a la gloria, se trataba, de que en la sala donde se hacía vida, que esta hueca se metía la leña, haciendo fuego y con eso se calentaba la estancia, o con estufas de gas, pero el resto de la casa estaba heladora, cuando te metías en la cama, recuerdo que mi madre nos calentaba la cama con las andillas, era una especie de brasero donde ponía las brasas, al despertarte veías como colgaban los chupones de hielo en la ventana, y veíamos a mi padre que nos tenia que abrir paso quitando la nieve para poder salir de casa, entonces los inviernos eran muy largos, la verdad es que yo le temía a este invierno por el problema de la guerra, por si nos faltaba el gas, pues en estas casas que no tenemos chimenea, lo pasaríamos mal, de momento no nos podemos quejar hasta este momento tenemos de todo, esperemos que las personas que no tienen techo lo puedan superar y no se nieguen a irse a los alberges, para que en los días más fríos puedan tomar algo caliente. Debería haber más lugares como la iglesia de San Antón, de la Calle de Hortaleza, Madrid, donde El Padre Ángel tiene recogidas a muchas personas de las que se pueden decir, que se encuentran en la mayor miseria, sin casa ni familia que les eche una mano, para poder sobrevivir este invierno que parece ser de los de antes.
ROSARIO FAJARDO BLANCO.