En esta sociedad descarriada y corrupta, donde se piensa que todo se puede hacer porque todo está permitido, suceden hechos inconcebibles. ¿Inviolabilidad del rey, de los parlamentarios? Una insensatez gestada por incapaces. ¿No se da de narices con la Justicia? Un día, no lejano, se sabrán todas las cosas que ahora se procura no airear por la "prerrogativa" real y se verá que, ante Dios, Juan Carlos I de Borbón sólo es un censurable soberano de paja.