Hablamos de algo más relevante y transcendente. ¡Qué...

LA IZQUIERDA Y LAS LUCES LARGAS Y CORTAS

El mundo está sometido a un cambio de época. El modelo económico de explotación del capitalismo, el sistema de dominación político de nuestras sociedades, la división internacional del trabajo y la reordenación geopolítica del sistema-mundo se están modificando ante nuestros ojos sin que sepamos todavía bien hacia dónde nos dirigimos. Llamémoslo sociedad post democrática, capitalismo decadente o con cualquier otro apelativo, el hecho innegable es que estamos en plena Gran Transformación.

Globalización, pérdida de soberanía de los estados nacionales, ofensiva neo liberal, quiebra de la hegemonía imperial de EE. UU, sucesivas crisis de deuda, financieras y económicas, aumento de la desigualdad en el planeta, surgimiento de focos de resistencia y revuelta en lugares diferentes de la tierra, avance de las ideas de extrema derecha, aumento del precariado y la población “inútil” para el sistema productivo… son algunos de los fenómenos a los que estamos asistiendo. Estos “hechos” diversos, contradictorios, con diferentes grados de desarrollo se mezclan e interactúan dando lugar a la situación compleja, novedosa y desconcertante que estamos viviendo.

Frente a toda esta gran transformación la izquierda emancipadora va con las luces cortas, apresada en un espacio y un tiempo que la está conduciendo a la falta de capacidad política. Presa del espacio “estado nacional” cuando el marco en donde se está jugando todo es internacional; presa del tiempo cortoplacista cuando la corriente que nos lleva es profunda y tiene sus objetivos en el medio plazo. Es urgente que la izquierda dé las luces largas, analice el mundo en cambio en que vivimos, haga un diagnóstico y diseñe un programa alternativo a la sociedad que se está intentando construir desde las alturas.

Como decía el clásico: cuando el viejo orden no muere del todo y el nuevo orden no acaba de nacer es cuando surgen los monstruos. Los monstruos están surgiendo, solo añadir que el nuevo orden que está a punto de nacer no tiene porqué ser más libre, justo e igualitario. Puede perfectamente tomar el cuerpo de una nueva forma de barbarie capitalista.

Por ejemplo, Podemos.

Hablamos de algo más relevante y transcendente. ¡Qué nivel Maribel!