Qué pena!...

Qué pena!

Los bajos precios hunden en la desolación a los cafeteros de Colombia.

En la meca mundial del café suave, productores colombianos están vendiendo la cosecha a pérdida y algunos ya tumbaron sus arbustos. Dentro de poco Santuario podría dejar de ser un municipio netamente cafetero por el “comercio injusto” del grano.

Las quejas retumban en la primera recolección del año. La intensa temporada de sol multiplicó la plaga de la broca y los granos están saliendo picados.

Con esta merma de calidad y los bajos precios internacionales, los cafeteros no alcanzan ni a cubrir los costos de producción.

Saludos