ESPAÑA ROMPE LOS DATOS NEGATIVOS MUNDIALES
España reduce sus emisiones de CO2 un 1,6% en 2018 mientras a nivel mundial suben el 2% ¿Por qué España ha bajado sus emisiones pero a nivel global han crecido? Estos son los motivos de que nuestro país se haya salido de las estadísticas, según el 'Statistical Review of World Energy'
Buenas noticias para España: no solo estamos consiguiendo reducir nuestro impacto ambiental sino que, de hecho, hemos conseguido revertir la tendencia a nivel global, que viene siendo negativa. Así lo evidencia el informe 'Statistical Review of World Energy 2019', elaborado anualmente por BP, una de las publicaciones de referencia en los mercados mundiales de energía.
Nuestro país redujo sus emisiones de CO2 un 1,6% en 2018, justo tras haber crecido el año anterior al mayor ratio en cinco años. Nos desmarcamos, así, de los datos negativos registrados a nivel mundial. Hay varios factores que explican esta caída. En primer lugar, la alta hidraulicidad: tras un 2017 marcado por la sequía que provocó un desplome de la producción de energía hidroeléctrica, las precipitaciones de 2018 empujaron el consumo de este tipo de energía un 87,4%, pasando a representar un 5,6% del total de energía primaria consumida.
España reduce sus emisiones de CO2 un 1,6% en 2018 mientras a nivel mundial suben el 2% ¿Por qué España ha bajado sus emisiones pero a nivel global han crecido? Estos son los motivos de que nuestro país se haya salido de las estadísticas, según el 'Statistical Review of World Energy'
Buenas noticias para España: no solo estamos consiguiendo reducir nuestro impacto ambiental sino que, de hecho, hemos conseguido revertir la tendencia a nivel global, que viene siendo negativa. Así lo evidencia el informe 'Statistical Review of World Energy 2019', elaborado anualmente por BP, una de las publicaciones de referencia en los mercados mundiales de energía.
Nuestro país redujo sus emisiones de CO2 un 1,6% en 2018, justo tras haber crecido el año anterior al mayor ratio en cinco años. Nos desmarcamos, así, de los datos negativos registrados a nivel mundial. Hay varios factores que explican esta caída. En primer lugar, la alta hidraulicidad: tras un 2017 marcado por la sequía que provocó un desplome de la producción de energía hidroeléctrica, las precipitaciones de 2018 empujaron el consumo de este tipo de energía un 87,4%, pasando a representar un 5,6% del total de energía primaria consumida.