Pedro el resistente....

Pedro el resistente.

Todo le resbala a este profesional de la política, que estará en el sillón hasta que lo echen.

Paco Robles.

Actualizado:

03/10/2018 14:31h.

Hubo un Pedro I de Castilla al que unos llamaban el Cruel, y otros, el Justiciero. Cuestión de perspectiva, como dice doña Rosa en el café que sigue regentando en La colmena, la obra maestra de Cela. Esa perspectiva es la que les falla a muchos cuando analizan la labor del actual –ojo a la ironía, porque puede caer de un momento a otro– presidente del Gobierno. Pedro I de Moncloa es un político que ha demostrado una cualidad en su vida profesional: otra vez la ironía, porque la política es una profesión para este doctor en Copiaypegalogía. Pedro Sánchez se define por su capacidad para cumplir el mandato de don Camilo a rajatabla. El que resiste, gana. Y tanto que gana. Desde el congreso de su partido, hasta la Presidencia del Gobierno que le otorgó el Congreso de los Diputados sin necesidad de ganar las elecciones. Como si fuera uno de esos aprobados de despacho que se inventó la Logse para maquillar el fracaso escolar. Exactamente igual.

Da lo mismo que sus ministros dimitan porque no llegan al listón de honradez que les impuso un tipo que ha conseguido el doctorado a la remanguillé. Da igual que el país vuelva a sentir la zozobra de la crisis económica por la inseguridad jurídica y normativa que propicia este Gobierno de ocurrencias que no va más allá de los viajes y las puestas en escena. ¿O no es eso lo que pasó en La Moncloa cuando celebraron el final del terrorismo el pasado lunes, vulgo antier? Sánchez no ha terminado con esta lacra, pero se apunta el tanto con un acto, que es lo suyo. Marketing. Mercadotecnia. Merchandising. Venta de humo.

Todo le resbala a este profesional de la política que estará en el sillón hasta que lo echen. Primero le dobló el brazo al aparato de su propio partido. Susana Díaz perdió el pulso y Sánchez salió victorioso y reforzado por las bases que aspiran a lo mismo que él ha conseguido: vivir del presupuesto, como lúcidamente denominó a esta clase política el añorado Félix Bayón. Por eso no se irá por la puerta grande quien entró por la gatera del pacto de perdedores. Sánchez, que es hijo del caciquismo de la Restauración aunque él no lo sepa, es consciente de que las elecciones se ganan después de conseguir el poder. Esa carambola ya la ha realizado en su primera fase. Ha conseguido firmar en el BOE sin el aval de las urnas. Desde el poder se ganan los comicios más fácilmente. Eso lo sabían Cánovas y Sagasta. Y lo sabe Sánchez.

Pedro I el Resistente o el Desahogao. Que cada uno le adjudique el adjetivo que más le cuadre. Desahogao, sin la de intervocálica del participio, le cuadra como uno de esos aviones o helicópteros que utiliza para irse de concierto o de viaje promocional. El desahogo es lo suyo. Nada de cargos de conciencia, ni de pedir perdón por haber llegado sin las credenciales de los votos. Todo lo contrario. Arrogancia suma de quien se cree un líder internacional cuando no pasa del raspado cum laude. Al final lo echarán los mismos que lo pusieron ahí, pero entonces ya se habrá ganado la pensión vitalicia. Que es de lo que se trata.

Paco Robles.