Cargas policiales....

Cargas policiales.

Vivimos días apasionantes y peligrosísimos. Atención al conseller que ordenó esas cargas.

José María Carrascal.

Actualizado:

03/10/2018 14:50h.

La diferencia entre el 1-O de 2017 y el de 2018 es que la Policía Nacional hizo las cargas del primero, para impedir un referéndum ilegal, y en el segundo cargaron los Mossos, para impedir el asalto al Parlament. Pero los golpes fueron los mismos e incluso diría que los Mossos repartieron estopa con más ganas que sus colegas nacionales. ¿Va la Generalitat a distribuir fotos de tales zurriagazos mundo adelante como hicieron el 1-O? No creo. Puigdemont echa la culpa a «infiltrados», mientras Elsa Artadi niega que «hubiera violencia», cuando volaron barricadas, cortes de autopistas y se paralizó el AVE, inocente que es la chica. Aunque el papel más patético es el de Torra: el de bombero pirómano, alentando por la mañana a los radicales a «apretar» y encontrándose por la noche con que pedían su dimisión por haber permitido las cargas de los Mossos, lo que le obligó a retirarse con el rabo entre las piernas. Suele ocurrir a los demagogos: enfrentados a las consecuencias de su irresponsabilidad, escurren el bulto. Lanzaron adolescentes a la pelea -si se fijan, apenas hubo adultos en estos disturbios-, con ellos a cubierto. Cobardía 110 por cien.

Pero si lo de Torra es esquizofrénico, lo de Sánchez es fúnebre. Todos sus gestos a los independentistas no sirven de nada. Ante lo que no le queda más remedio que utilizar la argucia favorita de la izquierda: echar la culpa de sus fracasos a la derecha. En este caso, acusarla de acoso, que le impide gobernar. Cuando el fracaso del gobierno Sánchez es haberse aliado a dos fuerzas que buscan desestabilizar España: los antisistema, y los secesionistas. Éste es su problema (y el nuestro). Como el conflicto es viejo, conocemos sus vericuetos y trampas. Y una de las cosas que sabemos con absoluta certeza es que a los nacionalistas no se les convence con halagos ni concesiones. Al revés: quieren más, al estar convencidos de pertenecerles, aunque sean ilegales. De ahí que todo el dinero y regalos que Sánchez haga a Puigdemont y Torra, mientras no les dé el «derecho a la autodeterminación», que no está en sus manos, y no ponga en libertad a los políticos presos, que le crearía un conflicto con el poder judicial, serán inútiles, incluso agravará el asunto, como estamos viendo. Insistir en la «vía política» cuando enfrente tienes alguien que entiende por política pedirlo todo sin ceder nada es ingenuidad o estulticia. Como no creo que Pedro Sánchez sea un ingenuo, todo indica que se ha atado al sillón presidencial hasta que los secesionistas entiendan que deben esperar al día en que él pueda darles lo que buscan. En otro caso, se encontrarán con alguien más duro en la Moncloa. Lo malo es que Torra y Cía. se han montado en un tigre, el nacionalismo, del que, como intenten descabalgar, les devora. Vivimos días apasionantes y peligrosísimos. Atención al conseller que ordenó esas cargas. Que caiga o se mantenga puede decirnos si el secesionismo ha elegido el camino largo o corto. Porque renunciar a la secesión, nunca.

José María Carrascal.

Articulista de Opinión.