Va de chantajes....

Va de chantajes.

Las opciones que se apuntan han sido rechazadas, aparte de ser tan complicadas como peligrosas.

José María Carrascal.

Actualizado:

23/01/2019 01:23h.

La política en nuestros días se ha convertido en una partida entre chantajistas, que ni siquiera lo disimulan. Chantajean los euroescépticos británicos a su primera ministra con la amenaza de dejarla caer si no logra de Bruselas mejores concesiones para el brexit, y ella les chantajea con la advertencia de que, como la dejen caer, van a cargar con el tremendo fardo de un brexit sin acuerdo. Al mismo tiempo, mrs. May chantajea a los europeos con que, de no darle más bazas, tendrán que vérselas con individuos muchos más duros que ella. Y Bruselas, a todo ello, diciendo que en el acuerdo ya alcanzado no se toca ni una letra. Las opciones que se apuntan -un nuevo referéndum, unas nuevas elecciones, posponer la fecha de salida- han sido rechazadas, aparte de ser tan complicadas como peligrosas. Así están todos ellos, en espera de ver quién es el que cede primero. ¿Y si no cede ninguno? Pues entonces vamos de cabeza a la que todos reconocen es la peor de las soluciones: el brexit sin acuerdo, con cada uno por su lado. En estos casos, lo que suele ocurrir es que ceda el que más pierde, antes de arrojarse al precipicio. Y dado que quien más tiene que perder en este caso es el Reino Unido, sería quien cediese. Pero eso ocurre en las partidas en que sólo el dinero está en juego, pero en las que también cuentan factores tan poderosos como el prestigio de un país, su rango en el escalafón de naciones y la dignidad de sus habitantes, ya nada es seguro ni predecible.

Y no es seguro, no porque a los ingleses les disguste el dinero. Les gusta tanto o más que a los escoceses, a quienes les han echado encima ese sambenito, cuando son tan agarrados como ellos, sino porque, además, son duros como el pedernal. Que se lo pregunten a cuantos han intentado invadirlos, empezando nosotros con la Invencible, luego Napoleón, y Hitler el último. Aparte de contar con excelentes peones en el Continent, como llaman a Europa. Holanda y Dinamarca los primeros, que harán lo posible para facilitar un brexit blando. Claro que franceses y alemanes no están por la labor, y son quienes llevan la batuta en el asunto. Sin olvidar que son conscientes de que van a perder todos, de no haber acuerdo.

¿Y nosotros, que pintamos en el asunto? Deberíamos pintar bastante, pues tenemos un contencioso de siglos con los ingleses, que podría solucionarse en este reajuste de la Unión Europea. Pero a la luz de nuestra actitud, mucho me temo que no aprovechemos la oportunidad que se nos presenta en bandeja. No por ser inferiores militar y económicamente, como hasta ahora, ni por faltarnos títulos, desde el Tratado de Utrecht a resoluciones de la ONU, sino porque nos falta su firmeza, su tesón, su patriotismo, y, sobre todo, porque preferimos pelearnos entre nosotros a enfrentarnos a los extranjeros en la defensa de nuestros derechos.

José María Carrascal.

Articulista de Opinión.