Sánchez tiene la campaña hecha....

Sánchez tiene la campaña hecha.

Cada día que pasa es un día más que sumar al desgaste. Eso ha llegado a entenderlo Sánchez, incluso a pesar de Tezanos.

Carlos Herrera.

Actualizado:

15/02/2019 08:24h.

Aestas horas de la mañana sigue medio país haciendo cábalas acerca del llamativo cambio de criterio que ha llevado a Pedro Sánchez a considerar razonable la convocatoria de elecciones, esas que, de no producirse alguna sorpresa llamativa, quedarían convocadas cuando este ejemplar de ABC haya sido leído por varios ojos. Es decir, a eso del mediodía.

Sánchez afirmó repetidamente que él estaría en el Gobierno y en el Falcon, contra viento y marea, hasta que resultase agotado el tiempo de la legislatura presente. Daba por hecho que sería capaz de ver aprobados sus Presupuestos, pero de no ser eso así, se avendría a gobernar con los de su antecesor mediante los retoques pertinentes que permiten los reales decretos. Nada ni nadie le iba a levantar el cargo al que había llegado después de mucha resistencia y no menos audacia. Es verdad que él le había dicho a Rajoy que no aprobar presupuestos obliga a convocar elecciones, pero eso fue antes de ser presidente del Gobierno, y, por lo tanto, era otro plano de la realidad. Como si fueran dos personas diferentes. ¿Qué ha ocurrido ahora para que considere que es preceptivo llamar a rebato a los españoles aunque sea el Domingo de Ramos?: ha encontrado el discurso adecuado y el momento oportuno, ni más ni menos.

Cada día que pasa es un día más que sumar al desgaste. Eso ha llegado a entenderlo Sánchez, incluso a pesar de Tezanos. Su compañero de aventuras, Podemos, está con las carnes abiertas, con el líder cambiando pañales y con la militancia mirando a Errejón, que es un lagarto al que pronto devorará el PSOE. Quiero decir, que ahí puede meter la cuchara. Puede presentarse ante los españoles como el Hombre Al Que Odian Los Extremos: miradme aquí, en estas manos, donde mi esfuerzo por dialogar ha dejado huella. Miradme aquí, en el centro de dos fuerzas letales, reaccionarias, enemigas del progreso de la España social, a la que yo iba a devolver lo que le ha quitado la crisis y la voracidad de la derecha. Esa España de pensionistas, parados, asalariados, dependientes, estudiantes, gente a la busca de una oportunidad que el poder no sabe darle. Miradme, mirad cómo me han dicho que no los derechones de la plaza de Colón y los insolidarios independentistas catalanes. Las derechas que coquetean con el fascio pueden ganar, ved lo que pasó en Andalucía, y a ellas hay que hacer frente: nos os durmáis el día de las urnas. Los soberanistas no están interesados en progresar hasta la situación en la que reequilibremos esta España centralista: solo quieren tensionar el Estado y hablar de procesos inconstitucionales que yo no estoy dispuesto a abordar. Con la Constitución todo, sin la Constitución nada y tal y tal.

Sánchez sabe que puede seguir hasta octubre, incluso que puede seguir hasta 2020, pero no ignora que con 191 escaños en contra no hay quien viva, con lo que lo mejor será reinventarse. Nadie dice que no se pueda dar el caso en el que se reanude el pacto de la moción de censura: con Podemos y esa panda puede sumar un nuevo escenario, pero esta vez de cuatro años en los que habrá de todo, relatores, mediadores, dineros, competencias y promesas de referéndums medio camuflados. Pero el momento para que eso pueda salir adelante es ahora. A ellos, a los indepes de los cojones que le han dejado tirado, pobrecito, también les conviene el momento. Su discurso está hecho: hemos sido fieles a nuestros presos políticos y a Cataluña, a la que han negado su derecho a decidir, y así jamás apoyaremos a un Gobierno español. En el fondo ambas partes tienen la campaña hecha.

Además, tengo entendido que el lunes o así presenta su libro. Qué mejor comienzo de una campaña electoral.

Carlos Herrera.

Articulista de Opinión.