Feminismo e izquierda....

Feminismo e izquierda.

El «socialismo real» odia la libertad de hombres y mujeres.

José María Carrascal.

Actualizado:

11/03/2019.

Les dije, comentando el tema en boga, que lo que menos necesitamos es una guerra de sexos. Hombres y mujeres no somos rivales, sino complementarios. La naturaleza nos ha hecho distintos, pero nos necesitamos hasta el punto de que sólo conjuntamente alcanzamos la plenitud física y mental. Lo que no es fácil, como nada en esta vida, al chocar con otra poderosa tendencia humana: el individualismo. Pero si hemos sido capaces de desintegrar el átomo, vencer la ley de la gravedad y crear la democracia, ¿por qué no vamos a poder firmar la paz entre los sexos, que tal vez nos lleva a la paz entre los hombres, mejor que la pauta de Kant y su paz perpetua, que nadie practica?

Para ello, sin embargo, es condición indispensable acabar con los papeles que ambos han venido representando desde los albores de la humanidad, con una clara subordinación de la mujer. No voy a entrar en las causas porque nos llevaría a un debate interminable. Pero el progreso, representado por los derechos humanos, la ciencia y la evolución social, nos han llevado a un punto en que hombres y mujeres deben reajustar sus relaciones. No basta con que se igualen sus derechos, si ellas no tienen las mismas oportunidades. Ni reducir la brecha salarial, si ésta continúa. Ni celebrar un el Día de la Mujer al año, cuando deben de ser 365, y otros ajustes importantes, pero que no resuelven el problema, al no atacarlo en su origen: el psicológico, el cultural, el educativo, que empieza en la casa, y no sólo con el padre o hermano, sino con la madre, buena parte de las cuales dan preferencia al hijo sobre la hija, no sé la causa. Sólo cuando se nos eduque que la cama debemos hacérnosla nosotros, empezarán a igualarse las dos mitades de la humanidad.

Hay otro campo donde veo un enorme peligro: el político. Hemos presenciado cómo la izquierda no ha dopado, sino secuestrado el feminismo. Cuando la izquierda pura, radical es la que menos puede presumir de feminista. Los ejemplos están a la vista, aunque nadie parece verlos. Díganme ustedes un país comunista, uno sólo, donde haya gobernado una mujer. No lo encontrarán. Sólo la mujer de Mao llegó a capitanear la «revolución cultural», a su muerte, con tan mala fortuna como él, Y ahí tienen a Podemos pidiendo un cambio de sistema económico. Mientras en el mundo capitalista ha habido varias con acierto, como mrs. Thatcher o frau Merkel. En los nórdicos empieza a ser habitual, pero también en los en desarrollo, como India. El comunismo, en cambio, lo que produce son dictadores como Stalin, Mao, Castro, Chávez, machos alfa muchos de ellos. ¿Por qué? Pues porque el «socialismo real» odia la libertad de hombres y mujeres. ¿Recuerdan a Lenin decir a Fernando de los Ríos: « ¿Libertad, para qué?». En este sentido, creo que los norteamericanos y los españoles del PP han desaprovechado la oportunidad de ponerse al día, teniendo excelentes candidatas a la presidencia. Pero ya les decía que este cambio es largo y difícil.

José María Carrascal.

Articulista de Opinión.