No sin mi pompa....

No sin mi pompa.

Hay anécdotas que tal vez revelen un talante.

Luis Ventoso.

Actualizado:

02/09/2019 02:35h.

Tal vez no signifique nada. O tal vez la anécdota revele un cierto talante. Son dos escenas registradas este agosto en idéntico lugar, la entrada de un hospital madrileño.

-Toma 1: Llega un enorme Audi negro, una berlina clásica de cuatro puertas, que se detiene frente a la fachada del hospital. Una joven escolta con traje negro y un hombre de idéntico atuendo, con corbata y pinganillo en la oreja, se sitúan frente a las puertas traseras del vehículo y las abren de manera sincronizada. De la parte izquierda sale una mujer rubia, ataviada con americana verde, camiseta blanca y vaqueros ceñidos. De la derecha emerge un hombre alto, de corbata estrecha y traje apretado a lo Pep Guardiola. La mujer y el hombre que han salido del coche se juntan sin mirar a nadie y comienzan a caminar hacia la entrada, donde les espera una mujer con bata médica. Un fotógrafo encorbatado, parte de la comitiva, va tomando instantáneas de la pareja. Ellos saludan a la facultativa brevemente y entran con ella a la clínica, rodeados por cuatro guardaespaldas y el fotógrafo, que sigue disparando fotos para no perder detalle. Se une todavía más gente. Al final, ocho personas forman el corrillo movilizado tras la pareja.

-Toma 2: Llega otro Audi de cuatro puertas y de gran porte, aunque de tamaño algo menor que el anterior. Se detiene frente a la entrada del hospital. Los dos pasajeros ocupan las plazas delanteras, abren sus puertas y bajan. Por la derecha desciende el conductor, un hombre alto de barba cana, en la primera cincuentena. Viste una americana azul pálida, camisa oscura, pantalones informales claros y mocasines sin calcetines. Su primer reflejo al salir es saludar con una sonrisa a los periodistas que aguardan frente al hospital. Ellos le hacen una pregunta. El hombre les responde con cortesía, explicándoles que los informará cuando disponga de datos. La mujer que lo acompaña observa la conversación con otra sonrisa y se despide también de la prensa. La pareja camina entonces hacia la entrada, saludan afablemente a la facultativa que los aguarda y entran.

La toma 1, la del despliegue de escoltas, la distancia afectada y el fotógrafo de cámara, la protagonizó el matrimonio Sánchez-Gómez, el presidente en funciones y su mujer, en su visita al Rey Juan Carlos. En la toma 2, la pareja que llega sin pompa ni guardaespaldas, con él conduciendo y saludando con cordialidad a los periodistas, eran los Reyes de España. Ver las dos escenas de modo sucesivo deja la sensación de haber contemplado a nuevos ricos en contraste con el tranquilo saber estar clásico.

Nuestro eventual presidente es como es, considera que levita sobre las aguas. Hoy cumple 127 días en funciones, con lo que ya ha batido el récord de Rajoy de 2016, cuando necesitó 125 días en el limbo para ser investido. La victoria electoral del 28 de abril, vendida por el eficaz aparato de propaganda como la mayor desde la de Alejandro Magno en Gaugamela, se ha ido escuchumizando hasta quedarse en lo que siempre fue: un triunfo pelado a 53 escaños de la mayoría absoluta. Pero el divo, enamorado del coche oficial, imposta que sigue sin enterarse.

Luis Ventoso.

Director Adjunto.