Diego Carcedo....

Diego Carcedo.

OPINIÓN.

15.05.2023 - 07:33H.

El voto de los asesinos.

Está comenzando una campaña electoral complicada, pero digna si de partida no se viera estigmatizada por una excepción indignante para los votantes como es la inclusión en las listas de Bildu, un partido que aún tiene mucho más que ocultar que exhibir. Estamos ante un nuevo atentado, por fortuna este sin sangre, de los antiguos etarras contra la dignidad general y la sensibilidad y el dolor imborrable por culpa de los currículos de algunos de los asesinos aspirantes a cargos, que no parecen mostrar remordimiento alguno en sus conciencias.

Los asesinos amargarán la fiesta democrática haciendo pasar a los votantes por un duro trago: ver escritos los nombres de los criminales que enviaron al cementerio con un disparo en la nuca o la explosión de una bomba a cerca de un millar de seres humanos. En la vida hay que saber perdonar por mucho que cueste y en la política, asumir el trago de negociar con pragmatismo y cesiones para conseguir la paz y evitar muertes.

Pero si todo ello es duro y difícil de borrar de la memoria diez años después del final de la banda terrorista –ya empeñados en conseguir el olvido–, más difícil se vuelve observar la ausencia de remordimiento y voluntad de recobrar la dignidad por parte de aquellos que deberían estar sufriendo dolores de conciencia. Sin embargo, lejos de intentar remontar su odio e indignidad, retan a los que fueron sus víctimas, unos de la violencia criminal y los demás, del miedo.

Muchos nos planteamos qué dirá de esta ofensa a la dignidad colectiva el Gobierno, que negoció y pactó con Bildu antes de limpiar su imagen y de cerciorarse de su voluntad de reconciliación y deseo de respeto a las vidas ajenas. Pero las dudas se quedan cortas cuando hay que pasar por el trance de escuchar a alguna ministra, antes de introducir la papeleta en la urna, defender semejante ofensa al derecho a la vida. Alguien que ya se ha ganado el desprecio de quienes ya sufrimos su incompetencia.