mas que sentirse orgulloso es que aceptes y de paso...

mas que sentirse orgulloso es que aceptes y de paso te acepte la sociedad, lo que más a perjudicado y perjudica a la homosexualidad son los mariquitas en el sentido de la exibición casi payasera, ojo, que no deseo insultar, quiero que se entienda mi forma de verlo, el mariconeo, la nenaza, la loca, la pluma... toda ésa falta de seriedad a dado, creo, una imagen irrisoria a la homosexualidad, parecen más payasos que gente normal que desea y necesita un respeto, yo veo a una personal que reconoce su homosexualidad sin ésas decoraciones y me causa mas respeto.. repito que hay un fondo insultante en mi comentario, pero creo que ésa imagen los perjudica, no reflejan seriedad... pero adelante cada cual con su creencia, mientras no hagan mal, que vivan y dejen vivir que sigan con su vida, han de ser respetado como deben respetar.. al igual que lo de dejar la basura el dia del desfile tambien los fines de semana los del botellon hacen igual... o peor
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
sr. potter, tiene toda la razón. Yo siempre he pensado lo mismo. Si verdaderamente quieren que los respeten hay otras formas de reivindicación. Esa me parece majadera, circense y muy poco seria. Así no se pueden ganar el respeto de nadie, creo que el respeto se gana de otra manera y conste que pienso que ellos tienen todo el derecho de manifestarse, pero a mi modo de ver creo que lo hacen equivocadamente y perjudican totalmente a los de su género. Nos presentan un modelo de gay que causa risa, parecen payasos, cuando la homosexualidad es algo que tenemos que ver y aceptar como algo normal y natural, y para ello no creo que sea necesaria esa parafernalia tan patética que lo único que induce es a la provocación y al rechazo. Al final este puñado de payasos son los que perjudican seriamente la imagen del ciudadano gay, discreto y respetable que vive su sexualidad como el resto de los humanos, sin la necesidad de exhibirse haciendo esa apología absurda de su condición sexual, y que no necesita recurrir a la provocación ni se siente identificado con este puñado de bufones.

Lo triste es que ya este patético espectáculo, se ha convertido en una fiesta donde se mueven muchos intereses, y es una pena que a cambio de eso consientan que se denigre y mancille la respetabilidad que se merecen. ... (ver texto completo)