Pedro y Margarita, Pedro Sánchez

RELEVO EN LOS SERVICIOS DE INTELIGENCIA.

El escándalo de Dolores Delgado ralentiza la elección del nuevo director del CNI.

Sánchez apuesta por una mujer con perfil político pero intenta evitar que la polémica salpique ahora a los servicios de inteligencia.

Pablo Muñoz.

Esteban Villarejo.

MADRID Actualizado: 20/01/2020 08:32h.

El escándalo provocado por el nombramiento de la exministra de Justicia como fiscal general del Estado ha llevado al Gobierno a retrasar, de momento, el nombramiento de un nuevo secretario de Estado director del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), pendiente desde que el pasado mes de julio se jubilara el general Félix Sanz Roldán. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, apuesta por que asuma el reto una mujer con claro perfil político, pero al mismo tiempo es consciente de lo delicado que sería poner a los servicios de inteligencia en el centro de una polémica como la de la Fiscalía, en un momento, además, en el que nadie pone en cuestión el trabajo que realiza el Centro y en el que la tranquilidad en el mismo es la nota predominante.

Si algo tenía la figura de Sanz Roldán es que contaba con la confianza tanto del Gobierno como de la oposición. La estabilidad que consiguió implantar en el CNI, tras los cinco años convulsos en los que Alberto Saiz –un hombre de José Bono– estuvo al frente del centro, fue clave para que los servicios de inteligencia salieran del debate político y pudieran trabajar con la tranquilidad necesaria. De hecho, el general se mantuvo en su puesto con los gobiernos socialistas y también con los populares.

Ahora el Ejecutivo tiene que volver a elegir un nuevo director, y debe optar si lo hace con la complicidad de la oposición o, como en el caso de Dolores Delgado, enfrentándose a ella. En estos momentos, tras el desgaste sufrido con la Fiscalía General, la primera de las posibilidades no parece que sea prudente, aunque con Sánchez, según admiten incluso fuentes socialistas consultadas por ABC, este tipo de pronósticos son siempre inciertos.

Las preferencias de Sánchez son conocidas: quiere que por primera vez una mujer esté al frente del CNI no de manera interina, como sucede ahora con Paz Esteban, y que tenga un cierto perfil político, lo que sin duda complicará las cosas a la hora de llegar a un entendimiento con el Partido Popular.

Hasta ahora ha habido dos experiencias de civiles al frente de los servicios de inteligencia, y ninguna de las dos serán recordadas precisamente como sus etapas más tranquilas. El diplomático Jorge Dezcállar fue nombrado en 2001 por José María Aznar para dirigir lo que entonces se denominaba Cesid, antecedente del CNI, y en 2004 le sucedió, como ya se ha dicho, Alberto Saiz.