EDITORIAL ABC.
Sánchez pasa el rodillo al PSOE.
El PSOE como partido con personalidad propia ha dado paso a un movimiento de adhesiones en torno a un dirigente implacable que sólo tiene como objetivo el poder por el poder.
ABC.
Actualizado:
18/03/2019 08:20h.
La confección de las listas electorales del PSOE ha sido la coartada perfecta para el ajuste de cuentas que tenía pendiente Pedro Sánchez con los sectores críticos de su partido. Andalucía es el escenario donde Sánchez ha recreado de manera fiel su venganza personal. Ni un dirigente asociado a Susana Díaz ha sobrevivido a la purga de Ferraz, de la que la expresidenta andaluza «ha tomado nota», lo que tanto puede significar un aplazamiento de su reacción como un síntoma de su impotencia. Sánchez arriesga con esta apuesta personalista porque el votante socialista puede resentirse de nuevo en Andalucía de las disensiones internas y refugiarse en la abstención. Que Susana Díaz haya perdido en el Comité Federal no significa que sea irrelevante en las agrupaciones andaluzas del PSOE-A. Basta un tibio apoyo a Sánchez de cara al 28-A para que los susanistas reciban el mensaje. Peor de lo que está el socialismo andaluz, después de la derrota en las autonómicas, no va a estar, y los partidarios de Susana Díaz no van a mejorar porque gane Pedro Sánchez. El secretario general, sin embargo, no está para estos cálculos. Su objetivo es desmantelar el PSOE que le echó de Ferraz para permitir la investidura de Mariano Rajoy. Su estrategia pasa por desmantelar ese PSOE, pero para sustituirlo no por otro nuevo, sino por una dirección caudillista que esté ejerciendo ya a golpe de real decreto-ley, como en el Gobierno, sin necesidad de convalidación por los militantes de su partido. Susana Díaz era la adversaria personal de Sánchez, pero también la imagen de un PSOE que aún se resistía a la falta de escrúpulos que mostró su secretario general a la hora de negociar con el separatismo catalán. Sánchez ya no lidera el PSOE, porque el PSOE como partido con personalidad propia, trayectoria histórica e ideología reconocible ha dado paso a un movimiento de adhesiones en torno a un dirigente implacable que sólo tiene como objetivo el poder por el poder, como un fin en sí mismo. Despojado de cualquier identidad externa y previa que pudiera contener los autoritarismos de su secretario general, el PSOE es un gabinete personal de Sánchez, quien recuperó su poder a lomos de una democracia interna que es lo primero que ha fulminado para garantizarse el vasallaje.
A cambio, Sánchez ofrece a la izquierda radical -de ese Podemos a la baja- crispación, revisionismo, revancha y populismo. El alumno aventajado de Rodríguez Zapatero ya ha superado a su maestro y acepta sin pestañear que su continuidad en La Moncloa vuelva a depender del separatismo y del extremismo de izquierda. Le sobran los críticos y le sobra su propio partido.
Sánchez pasa el rodillo al PSOE.
El PSOE como partido con personalidad propia ha dado paso a un movimiento de adhesiones en torno a un dirigente implacable que sólo tiene como objetivo el poder por el poder.
ABC.
Actualizado:
18/03/2019 08:20h.
La confección de las listas electorales del PSOE ha sido la coartada perfecta para el ajuste de cuentas que tenía pendiente Pedro Sánchez con los sectores críticos de su partido. Andalucía es el escenario donde Sánchez ha recreado de manera fiel su venganza personal. Ni un dirigente asociado a Susana Díaz ha sobrevivido a la purga de Ferraz, de la que la expresidenta andaluza «ha tomado nota», lo que tanto puede significar un aplazamiento de su reacción como un síntoma de su impotencia. Sánchez arriesga con esta apuesta personalista porque el votante socialista puede resentirse de nuevo en Andalucía de las disensiones internas y refugiarse en la abstención. Que Susana Díaz haya perdido en el Comité Federal no significa que sea irrelevante en las agrupaciones andaluzas del PSOE-A. Basta un tibio apoyo a Sánchez de cara al 28-A para que los susanistas reciban el mensaje. Peor de lo que está el socialismo andaluz, después de la derrota en las autonómicas, no va a estar, y los partidarios de Susana Díaz no van a mejorar porque gane Pedro Sánchez. El secretario general, sin embargo, no está para estos cálculos. Su objetivo es desmantelar el PSOE que le echó de Ferraz para permitir la investidura de Mariano Rajoy. Su estrategia pasa por desmantelar ese PSOE, pero para sustituirlo no por otro nuevo, sino por una dirección caudillista que esté ejerciendo ya a golpe de real decreto-ley, como en el Gobierno, sin necesidad de convalidación por los militantes de su partido. Susana Díaz era la adversaria personal de Sánchez, pero también la imagen de un PSOE que aún se resistía a la falta de escrúpulos que mostró su secretario general a la hora de negociar con el separatismo catalán. Sánchez ya no lidera el PSOE, porque el PSOE como partido con personalidad propia, trayectoria histórica e ideología reconocible ha dado paso a un movimiento de adhesiones en torno a un dirigente implacable que sólo tiene como objetivo el poder por el poder, como un fin en sí mismo. Despojado de cualquier identidad externa y previa que pudiera contener los autoritarismos de su secretario general, el PSOE es un gabinete personal de Sánchez, quien recuperó su poder a lomos de una democracia interna que es lo primero que ha fulminado para garantizarse el vasallaje.
A cambio, Sánchez ofrece a la izquierda radical -de ese Podemos a la baja- crispación, revisionismo, revancha y populismo. El alumno aventajado de Rodríguez Zapatero ya ha superado a su maestro y acepta sin pestañear que su continuidad en La Moncloa vuelva a depender del separatismo y del extremismo de izquierda. Le sobran los críticos y le sobra su propio partido.
TRIANA. Me viene a la memoria, hace siglos, los pastores lusitanos, Viriato. Y la frase famosa: "ROMA NO PAGA TRAIDORES". Viene al caso que a Pedro, quien se la hace, la paga. Las relaciones de Pedro con Susana, aunque quieren hacernos creer que van muy bien, es mentira.
Un saludo.
Un saludo.
A Casado no le queda tampoco ni uno que sobresalga un poquito de los de Rajoy y eso que no le han hecho lo que le hicieron a Sánchez. Todos los partidos hacen lo mismo, el lider siempre se rodea de la gente de su confianza. Posiblemente, lo que debería haber hecho Susanita es irse ella solita. Así que yo pienso lo contrario, que Sánchez merece ser reconocido en vez de criticado por este hecho.
Casado no lo sé ni me importa.
Saludos
Casado no lo sé ni me importa.
Saludos
CLARA. Yo de Casado no hablo. Yo hablo de Pedro Sánchez que haga lo que haga para ti y para Mari, todo está bien partiendo del jefe. Pues no, y aunque todo vale, que es cierto, hay distancias que separan. No es Susanita... es Susana.
No me vale lo que dices de que todos los partidos hacen lo mismo. No, Pedro es vengativo y se las tiene juradas a todos aquellos de las primarias que no le votaron. Sí, Clara, buena amiga, Pedro no es lo que parece... ES PEOR.
No me vale lo que dices de que todos los partidos hacen lo mismo. No, Pedro es vengativo y se las tiene juradas a todos aquellos de las primarias que no le votaron. Sí, Clara, buena amiga, Pedro no es lo que parece... ES PEOR.