Lo que se decían Sánchez e Iglesias antes de firmar...

Lo que se decían Sánchez e Iglesias antes de firmar el preacuerdo de Gobierno.

El presidente del Gobierno en funciones y el líder de Podemos han cruzado numerosos reproches en los últimos meses.

Esther Blanco.

Actualizado: 13/11/2019 17:41h.

Pedro Sánchez y Pablo Iglesias solo necesitaron 48 horas tras el 10-N para rubricar un acuerdo que no llegó en cinco meses. El pasado martes un abrazo puso punto y final a una pugna pública entre dos formaciones que, si bien hoy se dedican piropos, hasta no hace mucho solo se cruzaban reproches.

El denominado «pacto del comedor» fue la escenificación de la reconciliación entre PSOE y Unidas Podemos, pero Pedro Sánchez ha manifestado en numerosas ocasiones no fiarse de Pablo Iglesias. « ¿Que una organización política que no tiene ninguna experiencia en el Gobierno o que, incluso, la experiencia que ha tenido ha sido cuanto menos cuestionable en algunos ayuntamientos se encargue de la Hacienda pública y de la Seguridad Social. De las pensiones en nuestro país...?», cuestionaba el líder del PSOE. Incluso, llegó a aseverar que no podría dormir tranquilo con miembros de Unidas Podemos en el Gobierno.

Sobre su relación con el líder de Podemos ahonda Sánchez en su polémico «Manual de resistencia». «Quedamos por primera vez a cenar. La verdad es que no conseguimos superar la barrera de la desconfianza», confiesa en su libro. «Hubiera sido más esperable, desde el punto de vista político, una mejor sintonía entre Pablo Iglesias y yo; sin embargo, nuestras relaciones casi nacieron ya marcadas por el desencuentro. Él había manifestado abiertamente su desconfianza hacia el PSOE y eso se trasladaba al plano personal», apostillaba el socialista. Unas palabras que matizó en abril, tras las elecciones en las que marcó a Unidas Podemos como «socio prioritario». Tras los comicios del 28-A, llegó a decir que su relación era «fluida» y «con complicidad».

Palabras que poco tenían que ver con las que más tarde le dedicó desde la tribuna del Congreso. «El proximo 10-N espero que los españoles den una mayoría más rotunda si cabe al PSOE para que ustedes no tengan la capacidad de bloquear la formación de un gobierno progresista», reprochaba al líder de Podemos tras las investiduras fallidas.

Esas tesis del bloqueo y la desconfianza han sido una constante durante la campaña del PSOE, que ha situado a más de una ocasión a su socio en el bloqueo del «no» de la derecha y la ultraderecha (en referencia a PP y Vox). Sánchez, incluso, no dudó en usar la cuestión catalana para explicar los motivos del inmovilismo de los socialistas en las negociaciones. « ¿Os imagináis esta crisis en Cataluña con la mitad del Gobierno defendiendo la Constitución y la otra mitad con Podemos dentro, diciendo que hay presos políticos y defendiendo el derecho a la autodeterminación?», sostuvo el socialista en un mitin.

Las palabras de Iglesias tampoco han sido cariñosas hacia Sánchez, y en numerosas ocasiones ha reprochado al líder del PSOE buscar una «coalición blanda» con el PP tras el fracaso de las conversaciones entre ambos partidos. Ya en campaña, el líder de Podemos ha llegado a llamar «arrogante» a Sánchez. Algo que ya deslizó en septiembre cuando, en una entrevista en televisión, disparó directamente contra el socialista. «El problema es Sánchez, hay algo en él que le impide compartir responsabilidades», aseveró.