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El Gobierno de Sánchez e Iglesias con separatistas ya espanta a los inversores.

Operaciones de fondos extranjeros quedan en el aire mientras socimis y grandes fortunas estudian irse a Portugal si el Ejecutivo retoma las subidas fiscales.

Javier Tahiri.

Guillermo Ginés.

Javier González Navarro.

MADRID Actualizado: 17/11/2019 22:53h.

Inversores y grandes fortunas observan con preocupación la entrada de Podemos en el Gobierno de Pedro Sánchez, hasta el punto de que fondos extranjeros pueden paralizar nuevas compras. Desde operaciones que se han frenado ante la incertidumbre creada por el nuevo horizonte político en España hasta patrimonios y empresas que miran al otro lado de la frontera. En la memoria están los presupuestos fallidos de 2019, cuyas líneas maestras pretende aprobar para 2020 el Ejecutivo, y que incluían una subida de impuestos de más de 3.800 millones de euros a grandes empresas.

El sector inmobiliario se sitúa en el epicentro de esta incertidumbre. Las fallidas cuentas que acordaron hace un año el PSOE y Unidas Podemos ya recogían un gravamen del 15% a los beneficios no distribuidos de las Sociedades Cotizadas Anónimas de Inversión en el Mercado Inmobiliario (Socimis). La iniciativa, que ataca a uno de los vehículos de inversión más utilizados en los últimos años en el sector inmobiliario, perjudicaría sobre todo a las pequeñas empresas, ya que las grandes, como Merlin, Lar o Colonial, suelen distribuir la mayor parte de sus beneficios. Fuentes del sector explican que estas firmas viven con una «calma tensa» los vaivenes políticos, y advierten de que algunos grupos están estudiando trasladar su negocio a Francia y Portugal si la regulación se endurece.

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Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
Hace más de una semana hacía yo el mismo comentario y mira por donde hoy el artículo de ABC me da la razón. Adivino no soy, simplemente es cuestión de poner en funcionamiento el sentido común. Los grandes fondos y grandes fortunas preparan las maletas con dirección a Lisboa. Aviso a navegantes por lo que pueda pasar. Está visto que el dinero no tiene patria y los que lo manejan tampoco. Ya el corazón ha perdido peso en sentimientos en favor de la cabeza.