QUISO LLEGAR HASTA EL DUERO...

QUISO LLEGAR HASTA EL DUERO
Aquel hombre nacido en la provincia de Soria, con sus ochenta años cumplidos, y pensando en su niñez y un poco de su juventud pasada en esas tierras del Duero. Quiso volver a su viejo entorno, al sentirse un poco debilitado, por una enfermedad que casi siempre vence al ser humano. Este hombre que se marchó de su lugar de origen con tan solo 15, años, y que anduvo pisando diferentes lugares, hasta que por fin se estabilizo su vida en la tierra de Vascongadas, mejor dicho, en Baracaldo, y allí formo su familia y con ella su manera de vivir sin demasiados agobios, Más sentía la necesidad de pisar de nuevo la tierra soriana, mejor dicho, pasear por las orillas del Río Duero, y ver de cerca sus álamos y pinares. Su esposa le acompañaba en ese viaje, que este hombre pensaba que sería el ultimo de su vida. Y pronto en aquel verano llegó a Soria ciudad, donde se estableció en sus días de vacaciones, ya que en su pueblo cercano no tenia posibilidad de encontrar un alojamiento a su medida, más pronto la nostalgia de su pasado, le hicieron recordar cantidad de situaciones, volviendo al pueblo donde nació, y donde sus antepasados descansaban para la eternidad. Este hombre junto a su esposa lloró, sus lagrimas le afloraron sin parar, y su esposa le decía. No fastidies esta visita, ya no queda nadie vivo de tus mayores, ni las tumbas de ellos están visibles, incluso ese Río tan bello como es El Duero, parece que lleva menos agua. El hombre aquel se notaba con menos fuerza cada día, tenía cita en el Hospital de Cruces, para pasar demasiadas revisiones, y comentó a su esposa. Ojalá me pudiera morir aquí, y ser enterrado junto a mis abuelos, ahora mismo no deseo otra cosa, Ya que lo que me queda de vida, es un tiempo de sufrimiento y deterioro, que solo te llevan a un final medicalizado sin vuelta atrás. La esposa se calló, no sabía como animarle ante tanta claridad del futuro que le esperaba, no quedaba más camino que el retorno a su ciudad de acogida, donde pudo trabajar en fundiciones, y ganar un dinero para sacar a sus hijos y familia adelante. Más el pisar aquella tierra del Duero, le hizo llevar su presente con más calma, y pensar que a veces la vida te lleva por donde nunca pensaste pasar, al final del recorrido solo la memoria es la que te juzga, y a veces se puede equivocar. G X Cantalapiedra.