EDITORIAL ABC....

EDITORIAL ABC.

Sánchez-Iglesias, la peor noticia.

No es una buena noticia para España que el PSOE necesite a Podemos para gobernar, ni lo es que un partido en declive vaya a acaparar mucho más protagonismo del que las urnas le otorgaron.

ABC.

Actualizado:

22/07/2019 00:05h.

Los equipos negociadores de Sánchez e Iglesias ultimaban anoche la conformación del que probablemente será en las próximas horas el primer Gobierno de coalición de nuestra democracia. No es una buena noticia para España que el PSOE necesite a Podemos para gobernar, ni lo es que un partido en declive, con un liderazgo caduco y fiel exponente de lo peor del comunismo, vaya a acaparar mucho más protagonismo del que las urnas le otorgaron. Es poco relevante dirimir si el vencedor de esta negociación a horas de la sesión de investidura es Sánchez o Iglesias. Se trata de una alianza perniciosa para los intereses de los españoles porque, independientemente de que Iglesias haya sido vetado y no vaya a patrimonializar la acción de Gobierno, lo cierto es que su entorno sí lo hará si las negociaciones llegan a buen puerto. Sánchez tenía poco margen de actuación. Si vetaba la coalición con Podemos, la única salida factible serían unas elecciones generales el 10 de noviembre, con la incertidumbre de su resultado, con la izquierda desmovilizada y molesta por la pérdida de una oportunidad única para ellos, y con el futuro de Pedro Sánchez en juego. Por eso aparentemente ha cedido. Sánchez no se fiaba del resultado de unos nuevos comicios y ha claudicado ante Iglesias, que ya no tenía nada que perder. A su vez, Iglesias ha sumido a Podemos en el descrédito más absoluto, lo ha fracturado territorialmente, ha expulsado de su dirección a todos aquellos que han discutido su estrategia y ha convertido a Podemos en un paraíso del hiperliderazgo autoritario, la purga interna y el desprecio al disidente. Por eso su única opción era sucumbir a cualquier oferta del PSOE, por raquítica que fuera.

Sánchez, sin embargo, también aparecerá como el perdedor de un pulso determinante si finalmente fragua el Gobierno de coalición. El PSOE apostó por un Ejecutivo en solitario que ya queda en el olvido. No ha aguantado el farol a Podemos, y es ahora cuando se percibe que todo el argumentario expuesto por Sánchez era un conjunto de soflamas absurdas y una mentira flagrante. Sánchez sostuvo que no podía pactar con Iglesias porque Podemos es partidario del derecho de autodeterminación y porque cree que en España hay «presos políticos». Y resulta que está pactando. ¿Significa eso que Sánchez también cree en el derecho de autodeterminación y que en España hay presos políticos? Significa que Sánchez carece de principios y valores, que cada vez que habla lo hace para engañar a los españoles, y que su única obsesión era permanecer en La Moncloa a cualquier precio, votos de Bildu incluidos. En cualquier caso, si el acuerdo PSOE-Podemos se cierra finalmente, como así parece, la principal duda se cierne sobre el futuro de la economía de España. El incremento del gasto público y la subida masiva de impuestos a la clase media están garantizadas. Una pésima noticia.