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"Doble triunfo para Casado". Vox "fracasó en su intento de acorralar al PP en una trampa de compleja salida", dice el editorial. "El de Casado fue un discurso de Estado que sorprendió tanto a Santiago Abascal como a Pedro Sánchez".

"Casado cegó los excesos de Vox y anuló definitivamente a Ciudadanos como exponente de un centro liberal en absoluto declive", dice animoso. "El líder del PP consiguió zafarse con éxito de la pinza que le convertía en rehén de Sánchez y Abascal". Ahora solo es rehén de Sánchez.

"Lo ocurrido puede marcar un antes y un después en el liderazgo que pretende construir Casado como alternativa contra Sánchez, le afianza como referente de una derecha pragmática y alejada del populismo, y pone a Vox ante la tesitura de trastocar su estrategia porque dudosamente se atreverá a romper los gobiernos autonómicos del PP". No es que no se atreve, es que no quiere dejar a los ciudadanos tirados, algo que le honra, caramba, un poco de gratitud.

"En cualquier caso, seguirá siendo un drama para la derecha sociológica que a partir de ahora PP y Vox no se afanen en encontrar puntos de encuentro". Pues Casado lo ha puesto muy difícil. Los ataques personales se los podría haber ahorrado perfectamente.

Las opiniones son variadas. Para Pedro García Cuartango, "Casado fue quien salió ayer por la puerta grande del Congreso tras cortar las dos orejas y el rabo".

Luis Ventoso comprende "la tunda" de Casado a Abascal por haberle llamado derechita cobarde. "El líder de Vox se sorprendía al recibir una crítica frontal, muy dura, pero bastante más elegante que las que él prodiga. En el sonoro 'no' ha mediado también el factor humano: Casado llevaba dos años encajando en silencio los aguijonazos verdes, estaba frito y el cuerpo le pedía decirle a Vox un par de cosas". Abascal nunca ha agredido a Casado. Pero que no se crea Casado que esto es un triunfo. "Mientras no se reunifique la derecha y tenga su televisión, ‘Sánchez forever’, a lomos de sus trampas, sus cadenas y su ingeniería social". A ver de dónde te sacas los socios, Pablo.

Rosa Belmonte dice que "sólo faltó que Pablo quemara una foto de Colón. Traicionó a Abascal, al menos en lo personal". Los trapos sucios de casa se lavan en casa, Pablo. "Hemos asistido a una moción de censura contra Pedro Sánchez que en realidad era contra Pablo Casado y que al final ha sido contra Santiago Abascal. Lo preocupante son los elogios a Casado" por parte de toda la izquierda y la ultraizquierda.

También a Carlos Herrera le preocupan los aplausos que recibió Casado "de quienes jamás le votarán ni de los medios que jamás le apoyarán. Casado debe preguntarse si podrá ser presidente sin el apoyo de Vox. Lo único evidente que queda tras el despeje es que el precio va a ser mucho más caro". Es lo que tienen los desahogos, que se pagan.

Tampoco ve Carrascal el enorme acierto que ve la izquierda en la actitud de Casado. "En estos momentos, el mayor peligro viene de una izquierda dispuesta a canjear los votos independentistas a cambio de mantenerse en el poder. Y la única forma de impedirlo es unir a la derecha, no resquebrajándola, como ha ocurrido. Si la ruptura de ayer se consolida, tenemos un verdadero problema". Tenemos muchos problemas.