El País.
"La exigencia de ERC de derogar la amnistía de 1977 amenaza la ley de memoria democrática". Ellos y sus memorias. El editorial pone a caldo a la CUP. "La izquierda independentista, feminista y radical de la CUP decidió ayer martes recurrir al viejísimo instrumento del filibusterismo parlamentario para forzar al president de la Generalitat, Pere Aragonès, a aceptar sus demandas si quiere contar con los tres diputados que necesita para tramitar los Presupuestos".
"En realidad, la CUP tiene dos caminos por delante: forzar la ruptura de la actual mayoría por coherencia ideológica e incompatibilidad con el neoliberalismo de Junts o bien llevar al límite la negociación para acabar cediendo el día 22 de noviembre los tres votos y exhibir el trofeo de unas concesiones que enfadan a otros relevantes sectores independentistas afines a ERC y a Junts". "El doble bombeo sanguíneo que mueve a una agrupación asamblearia como la CUP no siempre logra acompasarse: la insurrección como práctica política choca a menudo con el instinto pragmático de rentabilizar sus diputados". Con estos chicos nunca se sabe lo que puede pasar.
"La exigencia de ERC de derogar la amnistía de 1977 amenaza la ley de memoria democrática". Ellos y sus memorias. El editorial pone a caldo a la CUP. "La izquierda independentista, feminista y radical de la CUP decidió ayer martes recurrir al viejísimo instrumento del filibusterismo parlamentario para forzar al president de la Generalitat, Pere Aragonès, a aceptar sus demandas si quiere contar con los tres diputados que necesita para tramitar los Presupuestos".
"En realidad, la CUP tiene dos caminos por delante: forzar la ruptura de la actual mayoría por coherencia ideológica e incompatibilidad con el neoliberalismo de Junts o bien llevar al límite la negociación para acabar cediendo el día 22 de noviembre los tres votos y exhibir el trofeo de unas concesiones que enfadan a otros relevantes sectores independentistas afines a ERC y a Junts". "El doble bombeo sanguíneo que mueve a una agrupación asamblearia como la CUP no siempre logra acompasarse: la insurrección como práctica política choca a menudo con el instinto pragmático de rentabilizar sus diputados". Con estos chicos nunca se sabe lo que puede pasar.