El PSOE frena el pacto con Iglesias para no movilizar...

El PSOE frena el pacto con Iglesias para no movilizar a la derecha.

Los socialistas no descartan una coalición pero no quieren que enturbie el 26-M.

Víctor Ruiz de Almirón.

Madrid.

Actualizado:

01/05/2019 05:55h.

El PSOE no encuentra ningún incentivo para empezar a hablar de los acuerdos de cara al futuro Gobierno. La voluntad, reiterada ayer por la portavoz Isabel Celaá, es la de reeditar un Ejecutivo en solitario. No obstante, los mensajes a Unidos Podemos son claros. Los socialistas van al choque con Ciudadanos, elogian el entendimiento desplegado los últimos meses y pese a su preferencia por un Gobierno solo del PSOE no se descarta rotundamente la coalición de Gobierno: «Estamos iniciando el camino. No descartamos nada», dijo ayer Celaá.

Pero el PSOE se va a quedar ahí. En mensajes que apunten al entendimiento futuro en base a un proyecto progresista. No obstante, en Ferraz y Moncloa se asegura que los canales de comunicación con la formación de Unidas Podemos son «diversos y fluidos». Siendo el primero y más importante el canal entre Sánchez e Iglesias. Tras su mala relación inicial en 2014 y en 2016, desde el retorno de Sánchez a Ferraz en 2017 la cosa ha cambiado. No se descarta que pueda haber algún contacto, especialmente porque el 21 de mayo se constituyen las Cortes, y en el PSOE no descartan que Iglesias quiera «vincular» esta negociación con un acuerdo posterior. Aunque la intención en el PSOE es que no sea así.

Con la excusa del arranque de la campaña electoral para las elecciones europeas, municipales y autonómicas del 26 de mayo, Sánchez se va a volcar en la actividad de partido para intentar repetir el éxito de movilización del pasado domingo y evitar que el conformismo cale entre su bases.

Dudas con la participación.

No hay precedente de una cita de este tipo que se celebre menos de un mes después de las generales. Pero varios dirigentes consultados apuntan a que «lo normal» es que la movilización sea inferior. En ese sentido algunos sí que apuntan a la «dificultad» de trasladar a esa cita el carácter de excepcionalidad que Sánchez otorgó a la cita del pasado domingo.

Además, otros apuntan a que el «miedo a Vox» remitirá una vez su pujanza ha quedado limitada y está lejos de liderar ese bloque, como los socialistas habían alertado durante la campaña. Aunque hay candidatos que no ponen en duda la capacidad del partido en sus territorios, nadie pone en duda que en estos momentos «Sánchez tira de la marca», en palabras de un dirigente. Y el 26 de mayo no se vota sobre la presidencia de Sánchez. Sin embargo, desde una federación importante se pronostica que la desmovilización afectará más a la derecha, especialmente a Vox. Y en este sentido varios candidatos el 26 de mayo corroboran lo «inconveniente» y «poco recomendable» acudir a esa cita con un acuerdo que visibilice a Iglesias como potencial vicepresidente. También se apunta a que lo adecuado es poder repetir el mismo eje discursivo para poder captar a los votantes más centristas de PP y Cs, como aseguran que ha sucedido el pasado domingo.

Pero el motivo principal para no visibilizar un entendimiento más estrecho es el deseo sincero en las filas socialistas de que Podemos no esté en el Gobierno. Sánchez está dispuesto a llegar a acuerdos importantes con Iglesias en muchas materias pero no quiere condicionar su discurso en materia de política territorial, donde Podemos insiste en el referéndum catalán. Y, como advierten algunos cuadros, tampoco en algunas políticas como la laboral o la de vivienda, en los que Sánchez sabe que Iglesias va a ser muy incisivo.