El hombre ese que piensa desde la costumbre, de en...

El hombre ese que piensa desde la costumbre, de en rincones de su existencia
le gusta estar solo y pensar a solas,
en abriles lejanas por también lejanas praderas.
El hombre ese, piensa en aquellos días mágicos, mientras la lluvia golpea los cristales.
El cielo se pone a llorar, y las gotas de agua en los cristales, resbala, como si los cristales lloraran.
En ese hombre, en el hombre aquel que fue un muchacho, llora su memoria
y piensa cuantas hojas amarillas habrá arrastrado el viento
por los senderos de aquellas primaveras.
¿Cuantas escarchas de inviernos, espantado las lindas mariposas...?
Se pregunta el hombre aquel, que no supo parar relojes de tristeza. Recuerda y reza
mientras a lo lejos ve aquellos valles que escribieron promesas.
Mi dulce adolescente: siempre tendrás mi mano si la tuya vacía,
y si en la lejanía el destino se empeña que que me recuerdes,
en la lejanía, allí estaré, en tus suspiros, en los del aire moviendo tu falda,
y en todas las brisas de amores grandes, grandes, que nos arrebató el destino.

Primavera de ayer...! Que rebelde y que jovencisima eras, tu linda cabellera al viento
y como me alumbraste y quemaste, de tu luz y tu fuego!
! Como enredaba mis dedos, en tus cabellos negrísimos!
! Momo llamo a aquellos abriles que jamás han vuelto.!
! Como llorabas el día que me perdí por sederos que te mencionaba en mis versos...
Se dice el adolescente (de ayer) en cascadas de lamentos.
! Que aroma, que abrasados fuego de amor en sus labios!
! Como duele recordar las mil tardes luminosas, bella adolescente, y que joven era
se repite el hombre, pensando en el ayer que clarea.
! Como atardeció ayer, como atardece en ayer y los suspiros
amor y como crece el dolor de no estar contigo
dice el viento, que gime con la luvia y estremece...
Dice la luvia y repita.! Que bella eras y que rebelde, mi amada adolescente.
Y que bella hoy, al viento tus cabellos grises: dice el hombre...
Apóyate en mi brazo y mírame mucho tiempo de tris grandes ojos, repiten en el tiempo la voces del aire.
Un 14 de febrero cualquiera.