Vacuna, Sanidad

¿Será obligatorio vacunarse de Covid-19?

Si bien existe base legal que habilitaría al Gobierno para obligar a la población a vacunarse, el sector médico recela de hacerlo.

S. S.

Actualizado: 15/11/2020 15:07h.

El anuncio la semana pasada de la vacuna de Pfizer anima a la población a encarar la pandemia con otros ojos. La farmacéutica estadounidense asegura que la vacuna es efectiva al 90 por ciento, aunque aún se encuentra en la fase de ensayos clínicos. Si bien la incertidumbre sobrevuela al «antídoto», ya son muchos los que se preguntan si vacunarse será obligatorio. Hay matices.

Si nos retrotraemos a la historia de nuestro país, las provisiones aprobadas en el siglo pasado en España para la difteria y la viruela, incluida la posibilidad de declarar obligatoria la vacuna, facilitan el camino legal para que en su caso se pudiera obligar a la vacunación. Una medida que, si bien se ajusta a Derecho, no es la más popular entre el colectivo médico por el efecto «contraproducente» que pudiera acarrear.

Pero, ¿dónde dice concretamente que vacunarse tenga que ser obligatorio?

El abogado experto en temas de salud y profesor de la Universitat Oberta de Cataluña (UOC) José Enrique Pérez Palaci explica las vacunas prevén el derecho a la vida y la integridad física y la protección de la salud tanto en la Declaración universal de derechos humanos, como el Convenio europeo de derechos humanos y la constitución de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

En España, el título primero de la Constitución recoge el derecho a la vida y a la integridad física (artículo 15) y en el artículo 43 se desarrolla que compete a los poderes públicos organizar y tutelar la salud pública a través de medidas preventivas y de las prestaciones y servicios necesarios.

La ley 22/1980 prevé que las vacunas contra la viruela, difteria y otras infecciones podrán ser declaradas obligatorias por el Gobierno «cuando por la existencia de casos repetitivos de estas enfermedades o el estado epidémico del momento o previsible se juzgue conveniente».

En esta línea, en 1945 se aprobó un decreto en el que se especifica que las vacunas de difteria y viruela podrán ser obligatorias para todos los ciudadanos «siendo sancionada su falta de realización».

Autonomía condicionada por la salud pública.

Para juristas como Pérez Palaci, «por analogía» se podría asimismo declarar obligatoria la vacuna para la pandemia de coronavirus. Si bien la ley de 2002 sobre autonomía del paciente apunta a que la persona afectada puede aceptar o rechazar algunas terapias, ese derecho a decidir tiene algunas excepciones, principalmente el riesgo a la salud pública.

Ese riesgo está desarrollado en la ley orgánica 3/1986, que en su artículo 2 declara la posibilidad de que las autoridades tomen cualquier medida necesaria para preservar la salud pública.

Para el jurista, el asunto de la vacunación obligatoria es, finalmente, la colisión de dos derechos, el derecho a la protección de la salud, que prevalece en el caso de una pandemia, y el derecho a la intimidad y privacidad.

«Ahora bien, si la normativa existente puede causar cierta confusión, también el ejecutivo y el legislativo pueden intervenir al respecto y modificarla introduciendo artículos pertinentes tanto en el código penal como en una nueva ley orgánica o de modificación de la ley general de salud pública», ha señalado.

Para la profesora de Derecho Constitucional de la Universidad de Barcelona (UB) Mar Aguilera, «más que declarar la obligatoriedad en la ley, será clave establecer cuáles son las consecuencias de la no vacunación». Por ejemplo, plantea, « ¿Qué pasa si unos padres siguen llevando a su hijo sin vacunar de Covid-19 a la escuela

Obligatoreidad contraproducente.

Desde el mundo médico, sin embargo, insisten en que no es lo más apropiado declarar obligatoria la vacuna «porque podría tener efectos contraproducentes», según ha explicado la jefa de epideomología del hospital barcelonés Vall d'Hebron, Magda Campins.

Campins ha abundado que si la vacuna es obligatoria, parte de la población puede mostrarse «más reticente». El planteamiento, según esta epidemióloga, pasa por llegar a coberturas altas de vacunación sin tener que llegar a la obligatoriedad».