Nada seré, si nada he sido antes,
porque la nada, negación del ego,
quiere hacerme negar lo que ahora niego:
Qué en la gloria ya no quedan vacantes.

Me resisto a creer en la mentira
que oscurece mi camino de esperanza,
porque creo en la venda y la balanza,
porque creo en justicia, no en la ira.

Camino rebosante de quimeras
antes fueron edenes de alegrías.
Hoy huelga recordar aquellos días

donde ardían fulgurantes las hogueras
del trabajo y la generosidad,
del amor, del creer en la amistad.

Noemí.

Otro soneto valleinclaniano, pesimista recordando tiempos mejores, pero queriendo seguir siendo fiel a los principios.