SILES, ¡CASI NA!
Los de Siles anocheres gratos
tras el calor del agobiante día,
invitan a pasear, a expansionarse,
a gozar del ambiente con delicia.
Las otrora casi dormidas calles
ahora despiertan llenas de alegría,
se aproximan las estivales
fiestas
y un ingente gentío les da vida;
vida efímera que se irá volando,
dejando un halo de melancolía,
volverán al silencio en el otoño
y volverá la vida a ser tranquila.
Así es este entrañable pueblo mío,
bonito y peculiar en gran medida,
pequeño, pero grande por su historia,
por su hospitalidad tan exquisita,
por su encanto, que a todos enamora,
por ese duende, en fin, que nos cautiva.
Plazalagua.
¡Hola, queridos
amigos! Por aquí asomo después de algunos meses; confío en que, poco a poco, intervenga mas asiduamente. Esta vez lo hago con este
poema de versos endecasílabos y rima asonante en los pares, dedicado a mi querido pueblo que he escrito recientemente, próximas las fiestas en honor de Nuestra Señora de la Asunción y
San Roque.