SONETO ALEJANDRINO

A María Magdalena:

Con un llanto sincero, congoja y sufrimiento,
la rosa más hermosa, María Magdalena,
y con el alma alada transida por la pena,
le has hablado al Maestro de tu arrepentimiento.

De nadie ha sido nunca tu puro pensamiento,
los tonos de tu rostro recuerdan la azucena,
con ríos de cariño de belleza serena
demostrándole al mundo pureza y sentimiento.

Disfrutaste perdones que te otorgó EL SEÑOR,
consolaste a su madre con brío y con valor
te enfrentaste a la plebe, que no reconocía

la labor silenciosa tan plena de humildad,
la labor silenciosa plena de lëaltad,
lecciones de cariño, entrega y simpatía.

Noemí