San Juan de la Cruz, Taller de aprendizaje de poesía

LA POESÍA DE SAN JUAN DE LA CRUZ*
Nos pone frente a erizados problemas. Los poemas del Santo pueden dividirse en mayores (los que están en metro endecasílabo) y menores (los demás). Los mayores son cuatro: el Cántico espiritual, la Noche oscura, la Llama de amor viva y el del Pastorcico. Los tres primeros fueron comentados en prosa por el mismo poeta. De modo que al lado de la Llama de amor viva, hay los comentarios a la Llama, y al lado del Cántico espiritual, los comentarios al Cántico. Pero es preciso tener en cuenta que la Noche oscura fue comentada dos veces en prosa por su autor, con texto muy diferente: una vez en el comentario que también lleva por título Noche oscura del alma y otra vez en el llamado Subida al Monte Carmelo. Aparte quedan las demás poesías, que no fueron comentadas en prosa por su autor. De los poemas que hemos llamado mayores, sólo el del Pastorcico no tiene comentario. Ninguna de las poesías que he llamado menores fueron comentadas. Son muy pocas (cinco coplas y diez romances). La obra poética de San Juan de la Cruz es, pues, muy breve. Dejémonos de Góngora. Las mayores dificultades de la poesía española nos las ofrece San Juan de la Cruz. El problema más arduo que se nos plantea es el de las relaciones mutuas entre poesía y experiencia mística, y entre poesía y comentarios en prosa. Yo he tenido que rehuir estos espinosísimos problemas, por no ser competente para tratarlos. Las materias espirituales son difíciles de deslindar. Alguna vez tendremos que orillar problemas místicos, pero sin penetrar en ellos.

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