Al intentar escribir con un estilo literario creemos que tenemos que amasar nuestras palabras para que resulten más agradables, que
aparenten una gran elaboración de fondo; sin embargo, el buen escribir es aquel que consigue decir cosas profundas con las palabras más sencillas: debe parecer que no te esfuerzas, porque el buen lector sabrá darse cuenta de que sí, de que para escribir así es necesario un dominio y una entrega absoluta al lenguaje.