Triciclo del pequeño Julen, Taller de aprendizaje de poesía

AL PEQUEÑO JULEN

Vida que empieza a crecer
flor quemada por la escarcha;
¿entenderte? ¡no es posible
Señor, Dueño de las almas!
Oí a mi hijo "de" llorar,
un pozo que se lo traga
y yo, Señor de los mundos,
ya no creo en tu palabra,
solo siento soledad.
Herida cual fiera brava
veo impotente, Señor,
que matas las flores blancas,
que aprisionas nuestras vidas
que las confundes y amargas,
no me gusta tu lenguaje
ni tus obras, ni tus armas.

Oye las voces pidiendo
que vuelva el clavel de Málaga,
mira un pueblo destrozado
que llora en silencio y calla,
la amargura de unos padres
que quieren tenerlo en casa.
Deja que cante el jilguero
que vea la luz del alba,
deja que corra el arroyo
deja que fluyan sus aguas,
deja crecer los claveles
deja el sueño en su almohada,
que su madre lo despierte
acariciando su cama
¡no le robes sus abrazos
ni el beso de su mañana!

Romance de 32 versos en rima asonantada en los versos pares AA.
Se hace intencionadamente la oración de "oí a mi hijo de llorar", frase pronunciada por su padre.