Solo un banco de piedra en el retiro, Taller de aprendizaje de poesía

UN BANCO DEL RETIRO

Este banco viejo llovido y soleado es de todos, pero cada uno lo coje de manera distinta.

Esa muchacha llega a él sofocada y corriendo y se sienta en el respaldo. El señor contoneado y despótico se sienta en medio y mira de mal humor al sol que está en un estremo. Esa señora no se sienta porque tiene arena. Esa muchacha se sienta en la mitad y deja la otra a su ensueño. Ese viejecito tímido se sienta en una esquinita y aun así pidiendo permiso al resto.

A cada uno le da lo que pide este banco justo del jardín.