¡Que ingenio chaval, que ingenio!

NI VIENEN DE PARÍS NI PUEDEN VENIR

Ni vienen de París ni pueden venir,
nacerían por el camino
en el suelo
en la choza de un pastor,
en la posada de un pueblecito del norte,
en los Montes Pirineos…
Por eso nunca vienen desde tan lejos:
nacen todos por aquí:
en su casa,
en el materno,
en el Hospital Civil.
Donde quiera que se nazca,
será mejor que en París,
porque si no fuera así,
sería un ir y venir
para nada,
para ocultar la verdad,
para mentir por mentir.

¡Que ingenio chaval, que ingenio!