PERIODO DEL 12 AL 26 DE NOVIEMBRE, 2018...

PERIODO DEL 12 AL 26 DE NOVIEMBRE, 2018

Juan Boscán

Juan Boscán Almogávar (en catalán Joan Boscà i Almogàver) (Barcelona, 1492 - Perpiñán, 21 de septiembre de 1542) fue un poeta y traductor español del Renacimiento. Es conocido fundamentalmente por haber introducido la lírica italianizante en la poesía en castellano junto con Garcilaso de la Vega. Asimismo, tradujo al español El Cortesano de Baltasar de Castiglione.
Biografía
De familia noble, recibió una excelente formación humanística y sirvió en la Corte del emperador Carlos I de España. Fue preceptor de Fernando Álvarez de Toledo y Pimentel, futuro Gran Duque de Alba. En la Corte conoció a otro gran poeta amigo suyo, Diego Hurtado de Mendoza; éste le dirigió la famosa Epístola a Boscán. El caballero catalán se casó con una culta dama valenciana, Ana Girón de Rebolledo. Viajó a Italia como embajador español. Allí encontró al caballero toledano Garcilaso de la Vega, con quien entabló una gran amistad; seguramente al aprecio que Boscán sentía por la obra del poeta valenciano Ausiàs March se deben las reminiscencias de éste que hay en algunas de las composiciones del poeta toledano.
Boscán, que había cultivado con anterioridad la conceptuosa y cortesana lírica cancioneril, introdujo el verso endecasílabo y las estrofas italianas (soneto, octava real, terceto encadenado, canción en estancias), así como el poema en endecasílabos blancos y los motivos y estructuras del Petrarquismo en la poesía castellana. Se persuadió de ello en una conversación mantenida en 1526 con su amigo, el embajador veneciano y humanista Andrea Navagiero, en los jardines del Generalife, en Granada, como contó él mismo, ya que éste le animó a intentar esa experiencia poética, y convenció de esta novedad también a sus amigos Garcilaso de la Vega y Diego Hurtado de Mendoza y escribió el manifiesto de la nueva estética italianizante del Renacimiento en la siguiente epístola incluida como prólogo en uno de sus volúmenes de poesías:
Estando un día en Granada con el Navagero, tratando con él en cosas de ingenio y de letras, me dijo por qué no probaba en lengua castellana sonetos y otras artes de trovas usadas por los buenos autores de Italia: y no solamente me lo dijo así livianamente, mas aún me rogó que lo hiciere... Así comencé a tentar este género de verso, en el cual hallé alguna dificultad por ser muy artificioso y tener muchas particularidades diferentes del nuestro. Pero fui poco a poco metiéndome con calor en ello. Mas esto no bastara a hacerme pasar muy adelante, si Garcilaso, con su juicio -el cual, no solamente en mi opinión, más en la de todo el mundo ha sido tenido por cosa cierta- no me confirmara en esta mi demanda. Y así, alabándome muchas veces este propósito y acabándome de aprobar con su ejemplo, porque quiso él también llevar este camino, al cabo me hizo ocupar mis ratos en esto más fundadamente.
Otros caballeros, sin embargo, tenían un concepto más nacionalista del Renacimiento, como por ejemplo Cristóbal de Castillejo, e hicieron ver amablemente su disconformidad en sátiras contra el nuevo estilo. La novedad del endecasílabo, sin embargo, arraigó al lado del octosílabo como el verso más usado en la lírica española y desde entonces el dodecasílabo, con un ritmo machacón y menos flexible que el del endecasílabo, fue arrinconado y preterido en favor del endecasílabo cuando había que tratar temas importantes. La poesía castellana quedó así enriquecida con nuevos versos, estrofas, temas, tonos y recursos expresivos.
El poema Hero y Leandro de Boscán es el primero que trata de temas legendarios y mitológicos clásicos. Por otra parte, su Epístola a Mendoza introduce en España el modelo de la epístola moral como un género poético imitado de Horacio, donde se expone el ideal del sabio estoico con su prudente moderación y equilibrio.
Aparte de un amplio cancionero petrarquista, Boscán demostró su dominio del castellano traduciendo además Il libro del cortegiano (1528) del humanista italiano Baltasar Castiglione con el título de El Cortesano (1534) en una modélica prosa renacentista esmaltada de germinaciones ciceronianas. Además, preparó la edición de las obras de su amigo Garcilaso de la Vega junto a las suyas, si bien murió antes de poder culminar el proyecto, por lo que su viuda, Ana Girón de Rebolledo, imprimió la obra en 1543 en el taller de Carlos Amorós, en Barcelona, con el título Las obras de Boscán con algunas de Garcilaso de la Vega. En 1546, Alonso Mudarra ya había compuesto música para guitarra con letra de poemas de uno y otro, al tiempo que el poeta Juan de Quirós, maestro de Benito Arias Montano, imitaba su estilo.
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
Bien Cabrero, estos 15 días los dedicaremos a JUAN BOSCÁN.